Visita del gatito (privado Salazar y Calec)

Calec cogió la mano del ángel, entrelazando los dedos, ruborizándose al hacerlo y sin mirarle a la cara, con la toalla puesta al cuello. Ambos bajaron las escaleras hasta el salón cogidos de la mano.

El gato no sabía si debía soltar ya la mano del ángel y sentarse en el sofá o esperar a que él le ofreciese asiento. Siguió secándose el pelo con la mano que tenía libre, empleando la toalla, para disimular, a pesar de tenerlo ya seco.

Aceptó mi mano entrelazándo nuestros dedos suavemente, satisfecho con ello, estreché cariñosamente los suyos entre los míos al tiempo que bajábamos al salón. Una vez allí no quise romper el contacto así que lo lleve al sofá para sentarnos y hablar aún unidos por las manos. - ¿y bien ?, ¿Que deseas de mí ?

Calec siguió al ángel hasta el sofá, ¿Qué deseaba de él? ¿a qué había ido a esa casa? no lo sabía con seguridad, pero sí sabía que había acabado queriendo hacer allí.

-Yo...simplemente...quería verte, creo.-Dijo de forma arisca, desviando la mirada pero sin soltar su mano. Pensó en añadir algo más del tipo "pero eso no significa que me caigas bien", pero se rindió a la verdad y lo dejó estar. Miró a los azules ojos del ángel, temiendo que se riera de él, o algo por el estilo.

-Entonces mírame -sonreí suavemente medio en broma medio en serio.

Sabía que no debía presionar dado su carácter de gato callejero que tan bien conocía ya , pero por otra parte no me desagradaría que me rasguñara sí con ello desahogaba sus nervios y empezaba a tomarse esto con un poco de naturalidad


- dime , escapaste bien el otro dia ?-. Pregunté refiriéndome o bien a su erección o bien a como corrio de mí , sin borrar mi sonrisa juguetona

Calec miró furioso al ángel tras su pregunta, le soltó la mano y se abalanzó sobre él para arañarle, así que acabó sobre él, clavándole ligeramente las uñas en el pecho. Pero al ver sus ojos se quedó bloqueado, su furia se esfumó, se quedó encima de él, dejó de clavarle las uñas y colocó sus manos suavemente sobre su pecho, escondiendo la cabeza en el hombro de Salazar.

Cerró los puños, debido a la vergüenza y le dio un pequeño lametón en el cuello y luego en la oreja. Sin atreverse a continuar, volvió a esconder la cabeza en su hombro, quedándose sobre Salazar, con las piernas de éste entre las suyas.

Me miro furioso, antes de lanzarse a por mi con las uñas por delante directas a mi pecho. Mi siquiera me cubrí, es más, casi los brazos para que cayese bien sobre mi, como el otro día en el bosque. Le recogí tiernaménte de la cintura, y espere espectánte.

Me miro a los ojos presa de la vergüenza se escondió en mi hombro, donde su respiración me cosquilleaba. Cuando me lamió se me escapó un pequeño gemido, siendo consciente de su cuerpo sobre el mío.
-sólo era una broma pero sí te vas a poner así. .. - tomé su cara y le besé con fruiciom, jugando cn su lengua

Calec ni siquiera intentó resistirse al beso de Salazar, cerró los ojos y movió la lengua torpemente alrededor de la del ángel. Comenzó a acariciar el fuerte torso de Salazar hasta la cadera y volvió a subir hasta los hombros. Relajó las piernas para tumbarse sobre el ángel.

Calec jadeaba mientras continuaban besándose. Su cara se puso como un tomate y su corazón estaba a mil, tenía la sensación de que le explotaría en cualquier momento.

No era capaz de pensar con claridad, sólo quería dejarse llevar y así lo hizo.

En parte me sorprendió que me siguiera el beso tan fervorosamente, pero rápidamente comencé a usar mis mejores técnicas al notas a sus manos deslizarse sobre mi desnudo pecho en dirección a más allá de mi cadera... Este chico jugaba con fuego divino y mi siquiera era consciente.

Se tumbó sobre mi, jadeante, y eso sólo empeoró su situación. Decidiendome a usar tan sólo una mano para corresponder a sus atenciones, con la llema de los dedos recorrí desde su cuello hasta su trasero la columna vertebral, a pesar de la ropa que molestaba por el camino. Una vez abajo, me dediqué en exclusiva a realizar pequeños círculos con mis dedos sobre su piel, subiendóle ligeramente la camisa para ello.

Nos obligue a separarnos cuando al pobre le faltó demasiado el aliento, y con la otra mano acaricie sus ahora algo hinchados labios por mis delicados mordiscos.

- ¿estás cómodo?- pregunté sonriendo refiriéndome a que estaba totalmente sobre mi, y me había obligado a tumbarme para que no cayeramos al suelo

Calec se levantó bruscamente cuando fue capaz de recuperar la capacidad de raciocinio. Se sentía terriblemente avergonzado por la efusividad con la que había correspondido al ángel, se quedó sentado sobre las piernas de éste.

-Perdona, ¿quieres que me quite?-Preguntó tímidamente,sin mirarle directamente. ¿Por qué estaba haciendo aquello con aquel tipo? ¿por qué estaba sintiendo aquello?En fin, él nunca había tenido real interés en ninguna mujer, ¿pero en un hombre? Aún así, deseo que esa persona no quisiera que se le quitase de encima, pero estaba demasiado avergonzado para continuar.

-no, en absoluto, así ambos estamos cómodos -. Respondi con simpleza mientras pasaba la mano que le había acariciado los labios por detrás de la cabeza para mirarle más cómodamente.

Continúe sin embargo con las caricias sobre su baja espalda, mirándole embelesado su lindo rostro aún tiernaménte sonrojado. Guardé un agradable silencio en espera de que el actuase, o bien para hablar o bien para volver a provocar un beso, dado que parecía incapaz de darlos el mismo

Calec empezó a ponerse nervioso y a pensar en otro punto sobre la situación, ¿Por qué estaba haciendo aquello ese tipo? Lo miró, de repente no sabía si fiarse de él, si estaba jugando con él. Quería preguntárselo pero no se atrevía mirarle a la cara, así que se tumbó con la cara sobre su pecho.

-Salazar...¿Habitúas a hacer esto con mucha...con muchos hombres?-Preguntó ahogadamente, debido a que tenía la cara escondida en su pecho. No sabía si también debía preguntar por mujeres, pero en ese momento le preocupaban más los hombres. y ¿qué cambiaría su respuesta? ¿y si mentía?

El hombre gato empezó a preocuparse verdaderamente por aquello, ¿qué quería de aquel hombre? ¿quería una relación? Estaba echo un lío.

Se tumbó sobre mi, como escondiendo su mirada de la mía antes de decidirse a hablar nerviosamente. Medite su pregunta al tiempo que movía mi mano hasta su cabeza para acariciarle suavemente el pelo.

- por placer, no. En el campo de combate suelo intimidar así a mis adversarios, pero creo que está es la primera vez que ocurre esto en mi propia casa y sin que este de por medio mi obligación divina. - deje de mirar el techo para ver sus orejitas- de todas maneras, por que preguntabas ?

Calec restregó su cara contra el pecho de Salazar al tiempo que movía las orejas. Levantó levemente la cabeza y se dio cuenta de que le estaba mirando. Parecía que tenía buenas intenciones, aún así no había respondido a su pregunta así que el gato seguía confuso, aunque más tranquilo.

-No lo sé, no es como si me importara...Dijo poniendo la cabeza de lado para que se le pudiera entender mejor, con voz taciturna. Se irguió sobre el ángel y lo miró a los ojos con cara de preocupación. Se levantó y se colocó en el suelo con las piernas encogidas, rodeándoselas con los brazos.

Abandonó su privilegiada posición sobre mis muslos para ir a pasar al enmoquetado suelo, cruzado de piernas tras responderme taciturnamente. Igualmente me incorpore yo para no perderle de vista ni dejar de sonreírle suavemente.

- sí no te importase no habrías preguntado - contesté muy suavemente para no herir su orgullo - y sí la pregunta consistía en informarte sobre a cuántos hombres he besado antes, a ninguno que me importase... Hasta ahora

Esas últimas palabras hicieron feliz a Calec, a pesar de sus intentos por hacer como si no le importara. Se sentía como una colegiala a la que el chico más guapo y encantador de clase le hubiese dicho que le gusta. Intentaba enfadarse consigo mismo por sentirse así pero era incapaz, simplemente se sentía feliz y miró a Salazar con ojos brillantes.

Pensó en abrazar al ángel pero no se vio capaz, así que se levantó de cara a él y le dijo:

-Puedes abrazarme si quieres.-Lo dijo con temor a que no lo hiciera y quedar en ridículo, así que cerró los ojos con fuerza, teniendo fe en que sentiría el contacto de su piel dentro de poco.

Por un momento temí dejarle indiferente, pero cuando levanto la mirada, y vi que parecía pletórico con mis palabras supe que había hecho bien. Le vi levantarse presto, y me pidió que le abrazara en lugar de hacerlo el.

Tendí mi mano para tomar la suya y atraerle a mi, prácticamente tirándolo de nuevo al sofá. Le rodeé con ambos brazos, no queriendo dejar insatisfecha su petición.
- algún día te enseñare a tomar lo que quieras de mi - susurre suavemente contra su orejita

El hombre gato respondió dulcemente al abrazo, colocando los brazos alrededor del torso del ángel, por debajo de los brazos de éste y lo apretó con fuerza. Se estremeció con el susurro de Salazar y lo miró con curiosidad, como un gatito asustado.

-Me gustas.-Dijo en un susurro casi inaudible, de hecho esperó que el ángel no lo hubiese oído. Volvió a esconder la cara entre su hombro y su cuello y cerró los ojos bastante relajado, mucho más tranquilo que antes sin duda, deseoso de aquél ser.

Correspondió con una fuerza considerable y que me agrado más de lo que yo mismo esperaba. No podía dejar de mirarle sonriendo dulcemente, y no se me escapó su mirada asustada. Como no entendía su miedo, afine todos mis sentidos por sí acaso estábamos amenazados.

Y gracias a ello logré escuchar su quedo susurro. Me sonroje suavemente, al tiempo que el se escondía en mi pecho de nuevo. Le obligue cariñosamente a que alzase la vista y viese lo que era capaz de provocar.

- tú a mi también. Mucho.- tomé su cara entre mis manos y volví a besarle para quitarle el aliento

Calec se avergonzó de haber sido escuchado, pero no le importó demasiado cuando fue besado por Salazar, le correspondió al beso con los ojos cerrados y dejándose llevar.

A cada beso que Calec recibía del ángel, deseaba aún más, más que un beso. Rodeó el cuello de Salazar, subiendo con las manos para acariciarle el pelo y cogerle suavemente la cabeza. Continuó el beso bajando por la barbilla y el cuello del ángel, sorprendiéndose a si mismo de estar haciendo algo como eso.

Está vez no hubo ni siquiera un apice de duda cuando me correspondió el beso, y me encanto sentir sus manos rodando mi cuello y acariciando mi pelo. Con delicadeza, aumente la pasión entre sus labios buscando hacerle gemir para mi.

Cuando sentí que se deslizaba más allá de mi barbilla, me estremeci y no pude controlarme más allá de todo lo racional. Le tomé de la cintura y nos di la vuelta sobre el sofá, al tiempo que introducia mi mano por su camisa, acariciando su tierno ombligo.

- juegas con fuego, pequeño gatito - musité en su oreja animal, controlandome para no morderle

Antes de que pudiese continuar besando el cuello del ángel, Calec notó como era volteado en el sofá. Abrazó a Salazar, estremeciéndose por sus caricias, intentando no clavarle las uñas en la carne.

Calec pensó en contestar a las palabras de Salazar, pero sus manos se sentían terriblemente bien y el hombre gato tenía miedo de no poder frenar un gemido si hablaba, así que le mordió el hombro, no muy fuerte, pero tampoco muy suave. Lo suficiente como para que notara los pequeños colmillos del gato, pero sin sangre.

- Vamos, no te frenes, ¿donde están esas uñas de gato?- reí cuando sentí sus pequeños colmillos clavarse gentilmente en mi hombro. No podía evitar jadear ligeramente, sensualmente, ya no conseguía retenerme a mi mismo.

Me entretuve lámiendole la mejilla con la punta de la lengua sin perderle atención a su ombligo subiendo poco a poco a su pecho, encontrándome con sus pezones por el camino, deleitandome con ellos

Calec soltó un leve gemido al notar como Salazar acariciaba sus pezones, sin apartar sus colmillos de la piel del ángel, sentía que intentaba provocarle diciendo aquello, así que no se controló más y clavó sus uñas en la espalda del ángel, a la altura de la cintura.

Movió un poco las piernas alrededor del cuerpo de Salazar debido a la excitación, sin dejar de abrazarle fuertemente y empezó a lamer el lugar donde había estado mordiendo.

Finalmente conseguí que gimiera contra mi piel, y ese sonido me puso los pelos de punta, desenfrenando pensamientos mucho más allá de lo que el sería capaz de concederme por está noche. Sus colmillos se cerraron en mi carne un poco más, instintivamente, antes de soltarme. Al tiempo, diez uñas afiladas se clavarn en mi cintura, y la mezcla nueva de placer y dolor me hicieron sisear y desear más.

Con los ojos entrecerrados y llenos de pasión atrapé su lengua con la mía no permitiéndole que la desperdiciase con mi hombro. Atrapé asimismo una de sus piernas entre las mías y pegué nuestras caderas con delicadeza pero sin perder mi firmeza en la acción.
- detenme cuando consideres necesario- atine a susurrar entre sus labios antes de despojarle de su camisa

Calec le siguió el beso decidido, aunque avergonzado. Se estremeció con un gemido ahogado, al sentir el contacto de sus caderas. La situación se había vuelto incontrolable para el gato, ya no podría parar aunque quisiera.

-No creo que haya nada que detener.-Dijo tímidamente, antes de dejarse desvestir, volver a besar con pasión los labios del ángel y jugar con su lengua. Bajó sus manos, acariciando la espalda de Salazar hasta el comienzo de sus pantalones, donde frenó con brusquedad, al darse cuenta de a donde había llegado. Dejó de besarle y lo miró avergonzado, intentando averiguar qué debía hacer ahora.