El mirador de la tensión [chananananana] (libre)

En las horas que el buffete me dejaba para comer y para tiempo de ocio, me gustaba dar paseos por la ciudad, y al parecer hoy había acabado en las vistas del acanctilado de la ciudad. Desde allí se veía toda la playa, y bastante mar adentro.

Y el aire que se respiraba era puro y aunque no muy fresco, algo mejor que el que había aras de arena con tantísima gente y humedad. Así que allí me dispuse a pasar mis dos hhoritas de descanso, contemplando una pequeña porción de humanidad.

Después de un día duro de trabajo,se me apetecía un baño en la playa,y me fui con la moto hacia allá.
Vi que el agua estaba en calma y decidí bañarme.
Me quité la camisa, la deje a un lado de la moto y me quedé en bañador,ya que venía con esa idea.

Me metí en el agua y empecé a nadar de un lado para otro,si un rumbo fijo.

Había oído de otra playa, que quedaba algo mas lejos de donde vivía. Supuse que tampoco habría nadie, por lo que antes de salir de casa me había puesto un bikini. Ya que la última vez que fui a la playa había hecho mal tiempo, aprovecharia ese día para nadar un poco.
Cogí un autobús que paraba cerca y fui andando hasta la playa. Distinguí a lo lejos un extraño bulto, el cual fui identificando a medida que me acercaba. Se trataba de la moto de Leonn, era fácilmente distinguible por eso de no tener ruedas. Busqué con la mirada, pero no le vi, así que me quité mi ropa y me dirigí al agua.

Empecé a bucear muy profundo para ver si habían pescados en el fondo que pescar,pero nada.En el fondo del mar había algo que brillaba y me llamaba la atención y cogí aire y baje hasta el fondo y lo cogí.Debajo del agua me di cuenta de que era la chapa de una lata antigua y la tiré.Al subir me choqué con alguien en el agua.Y cuando le miré a la cara me di cuenta de que era ella.

Comencé a nadar mar adentro, mientras esquivaba algunas pequeñas olas que venían de frente. Entonces noté algo que venia desde abajo, me sobresalte y al tratar de apartarme me choqué de lleno. Tras soltar un sonoro gemido de dolor miré a ver que era con lo que había chocado. Pude distinguir su cara, lo habría identificado hasta en un mar de personas.
- Leonn?- pregunté, aunque ya sabía la respuesta, pero tampoco sabía muy bien como reaccionar, o como reaccionaria ya que con el me encontraba a mi misma tan cambiada. Mi corazón se aceleró al tiempo que luchaba por reprimir una pequeña sonrisa que logré disimular a tiempo.

Sí,era ella,era Nawo,me alegré mucho de verla y mi corazón iba a mil.
Me acerqué a ella y la besé mientras le eché las 2 manos por detrás de la cadera.
Me alejé para preguntarle algo,mientras la seguía sujetando:

-Qué haces por aquí Nawo?

Me sorprendió un poco ese beso, pero se lo devolví gustosa. Escuché su pregunta, pero si era yo la que debía preguntar eso! Lo miré un poco y decidí reponderle
- Yo...bueno, había pensado aprovechar el buen tiempo y...bueno, la playa me pareció una buena idea - Lo dije en voz baja, algo insegura, ¿por que tenia que sentirme así cuando el estaba cerca? ¿ por que conseguía desmontar toda mi fachada seria e inexpresiva? Desvié la mirada hacia el agua mientras le devolvía la pregunta.

Aunque había pasado todo aquello,Nawo seguía tan tímida como siempre,y eso me disgustaba,así que creí que debía decírselo.

-Nawo,puedes ser tímida con los demás y lo acepto,pero me gusta mucho que seas más suelta,así que por favor,cuando me hables mírame a la cara,quiero que seas natural conmigo,entendido?-mientras le agarraba suavemente del antebrazo

Abrí los ojos sorprendida ante sus palabras y lo miré.
-Yo...lo siento- dije mientras soltaba mi brazo- pero se me hace muy extraño. Siempre he evitado a la gente, los he despreciado pero...por primera vez en mi vida he encontrado alguien con quién me pasa todo lo contrario...- Me llevé una mano a la cabeza sin saber muy bien como decirlo, o mas bien sabiéndolo, pero negándome a admitirlo- es solo que no se como reaccionar, eres la única compañía que me gusta, el unico contacto que me gusta y...- Me quedé en silencio, estaba echando por tierra todo mi orgullo, por el, por una persona, no me reconocía.- te quiero- finalice la frase mirandolo a los ojos algo confusa.

Oh, supongo que así es como debe sentirse Dios. O lo que llaman Dios, porque como tal no es probada su existencia... Y como ángel no se me permite divulgar esa verdad.

Observar el devenir de las criaturas de este mundo era algo que había practicado poco, comparado con los anteriores mundos que había visitado. En éste, desde que tuve que ganarme mi propio sueldo, mi devenir había sido más bien cual hormiguita trabajadora, sin demasiado tiempo para el ocio.

Pero ahora, estaba entretenido observando la playa. Una pareja en especial me llamó la atención. No sabría definir exactamente si se estaban peleando seriamente, si era una pelea de pareja, o si sólo jugaban. Pero el chico era un demonio, y la chica parecía sumisa ante él. Me mantuve alerta, por si acaso.

Un escalofrío se abrió paso por mi espalda y pude oler algo totalmente extraño y nuevo en el aire. Era un olor...casi celestial, si es que no lo era. Se había camuflado hasta ahora con el olor del mar, pero ahora un pequeño golpe de viento lo había traído hasta mi.
Me puse alerta hacía ese nuevo olor, girándome en la dirección de la que venía. Pude ver, en lo alto del acantilado una silueta extraña, que parecía observarnos. Fruncí el ceño, ya que no me fiaba nada de quien quiera que fuera, y me puse en guardia delante de Leonn mientras vigilaba la extraña silueta.

Et, voilá.

Saludé con la mano a la gata, que había sido la primera en percibirme, pero no hice el más mínimo movimiento -ni tenía el más mínimo deseo- de bajar a la ardiente playa. Me quedaría allí simplemente, observando. Y si querían socializar, que subiesen ellos al mirador.

Vi como un extraño nos saludaba con la mano y vi que su temperatura corporal era algo más baja de los normal. Y lo miré detenidamente, sabía que era un ángel y confiaba mucho en ellos, es más, no confiaba nada en ellos.Eramos enemigos por naturaleza, ami me daba igual que ese individúo estuviera allí, me giré y le pregunté a Nawo.

-Te molesta?si lo hace nos vamos, me da igual

Escuché a Leonn y negué con la cabeza confusa.
-No...no me molesta, pero es extraño...no huele a humano- dije mientras volvía mi mirada al que nos saludaba.

La abracé y le dije susurrándole al oído

-Claro que no es humano,es un ángel,por eso te lo digo,si quieres nos vamos ami no me importa de verdad

Miré de nuevo al ángel curiosa. No había visto nunca uno, y desde esa distancia apenas se le veía bien. Tenía bastante curiosidad.
-Podemos acercarnos a verlo?- pregunte con una mirada llena de curiosidad.

Estaba pensando en las palabras de Nawo y...no sé ese ángel no me daba buena espina, pero si ese era su deseo...se lo haré realidad. Le hice un pequeño movimiento con la mano para que fuera delante y me llevó hasta él y cuando estábamos a pocos metros,me adelanté yo un poco y dejé a Nawo atrás por si ese extraño intentaba algo

Tras caricias y abrazos varios, al parecer dialogando, la chica gata y el demonio -extraña parejita, by the way- decidieron venir a verme al mirador de la playa en el cual yo tenía mi particular atalaya.

Me apoyé en la baranda, dándole la espalda a la playa, cuando ví que realmente iban a venir a saludar, y me limité a esperarles sonriendo suavemente. No iba a provocar ningún combate con el demonio, a pesar de que era mi enemigo natural. Era un día demasiado lindo como para estropearlo.

Cuando estuvieron suficientemente cerca como para que me escuchasen sin que yo tuviese que alzar demasiado la voz, hablé.

- Buenas tardes-. Imité el caballeroso gesto de tocarse el ala del sombrero, sólo que no tenía sombrero y era sólo por pura cortesía.

Al final nos acercamos al ángel. Era extraño, olía realmente bien, pero no por ello mi inspiraba mas confianza. Me limité a ladear la cabeza ante su saludo y miré a Leon, para después volver a mirar al nuevo ser.
Moví un poco indecisa mi cola, en forma de "S", debía tener cuidado, no quería que Leon tuviera problemas, así que me limité a levantar un poco la manos saludando al desconocido con cautela.
-Buenas...- dije con un hilo de voz mientras lo examinaba curiosa con la mirada.

Me apoyé con las manos en la baranda,a una cierta distancia del ángel. No me gustaban los de su clase,ni a ellos los agradaba yo. Sin moverme de aquella posición miré al ángel y volví a mi posición inicial.

-Te ha dicho tu dios que nos saludes? -dije con cierto toque de ironía.

La chica gato, de la misma raza que mi Calec, ladeaba la cabeza de una manera muy curiosa, y su cola, reflejaba sus sentimientos, Archivé ese dato sólo por sí alguna vez me era necesario, así como que estaba saliendo con un demonio. Él olía a ella, y ella a él. ¿Alguno de los dos podría oler la mínima fragancia de Calec en mí? En fín, lo dudaba mucho, pero por si acaso preparé un par de salidas para ello.

Él, a su vez, era un demonio con todas las letras de la palabra. Desconfiaba de mi, mucho. Estaba tenso. Y no le agradaba. Bueno, en parte no le culpaba, era imposible que nuestras razas fuesen amigas dado que tanto una como otra estabamos diseñadas para matar a la otra. Pero, de ahí a mostrarse abiertamente hostil, había un abismo.

Me dí cuenta de que alguien habría de ceder primero, y no me importó ser yo quien sustituyese al pronombre indefinido "alguien"; aunque no tuviese mi armadura. Suspiré, profundamente, y me relajé con facilidad evitando la pulla del demonio al mostrar mi mejor sonrisa.

- No. Lo he hecho por placer, o por mera curiosidad. Nunca antes había conocido tan inverosímil pareja-. Claro que yo tampoco podía hablar mucho, siendo ángel y estando con otro minino.

Vi como Leon se adelantaba hasta la baranda y mostraba abiertamente esa hostilidad que quería evitar que mostrara. Recé para que el ángel no se hubiese molestado, pero después de oírle, no me pareció molesto. Me paré en un termino medio entre ellos observándolos, sin saber que responder al comentario del ángel.
- Inverosímil? ¿Por que? Si dos personas se quieren...que mas da que sean?- pregunté con un tono de voz bajo y algo vacilante. No quería que hubiera problemas, y menos con aquel hombre, parecía bastante fuerte, y se mostraba seguro, por lo que tal vez sería mejor tener cuidado.

Tenía la certeza de que el ángel no sería un peligro, por lo menos en aquel momento. Así que decidí mandarle más pequeñas puyas haber como reaccionaba ante ellas.

No había conocido apenas a aquella persona y ya empezaba a tenerle rencor..."lo que hacen las razas" pensé y estaba en lo cierto,yo nunca sería amigo de él y él nunca de mi,era la naturaleza.

Giré mi cuello hacia aquel extraño observándolo por un momento y pude oler en él algo raro...un olor a...gato?como el de Nawo?me parecía extraño

-Imverosímil?...tu hueles a gato...no me hagas reír pájaro caído del cielo.

Con la chica entre ambos, parecíamos más bien unos estudiantes tensos porque alguien había dicho que alguien había oído que otro alguien había visto que yo le había levantado la falta a su gata. Casi me dio por reir ante esa comparativa mental, pero lo disimulé a la perfección

- Que haya dicho que no tenga apariencia de que sea verdad, no implica que no crea que es verdad. Se os ve... muy complementados. Y eso, es bueno.- Le dije, primero en referencia al significado de "inverosímil"; y segundo porque de verdad creía que estaban juntos de corazón. Amplié mi sonrisa y la hice más cálida para con ella, puesto que había sido ella la que había tenido la iniciativa de vernos con toda seguridad.

Tenía la certeza de que el ángel no sería un peligro, por lo menos en aquel momento. Así que decidí mandarle más pequeñas puyas haber como reaccionaba ante ellas.
Él giró la cabeza hacia mí una vez su chica terminó de hablarme, y yo, cual caballlero, respondí primero a la dama antes de enfrentar su... ¿rencorosa? mirada. Y... E incluso a esa distancia, pequeña pero suficiente, pude notar que me olfateaba. Eso casi me hizo reir de nuevo. Por lo que mantuve mi cálida sonrisa.

- Al menos llamame paloma-. Dije, llevándome la mano al pecho como si hubiera herido mi orgullo, pero riendome suavemente-. Si, tienes razón, huelo a gato; pero no miento al decir que no había conocido a una pareja como vosotros.

Al escuchar el comentario de Leon abrí los ojos sorprendida, ¿era eso lo que había olido? ¿por eso me resultaba un olor tan extraño? Ladeé la cabeza y los observé a ambos. Eran totalmente opuestos, y conociendo a Leon, sabía que no dejaría al ángel tranquilo, por lo que suspiré resignada bajando un poco mis orejas y me acerqué a el, cogiendo su mano y estrechándosela, mientras le dirigía una mirada y una sonrisa que trataban de calmarlo, o al menos frenarlo un poco.