Disfrutando de las vistas (libre)

Miró a la chica con el ceño fruncido y luego desvió la mirada.

-Chorradas.-Dijo con dejadez, justo antes de tumbarse de nuevo, con los brazos en la nuca. Quería cambiar de tema, por alguna razón su corazón se aceleraba cuando pensaba en aquel maldito.

-¿Y qué pasa contigo? También hay alguien importante para ti, ¿no?-Por qué había dicho también? ¿eso quería decir que había alguien importante para él? Cuando Calec se dio cuenta de aquello se ruborizó y se tapó la cara con ambos brazos, quedándose sin almohada.

Me reí un poco al escucharle ¿"también"? entonces había confesado, el ángel resultaba importante para el. Sonreí satisfecha y lo miré mientras se tapaba la cara. Me incorporé un poco apoyándome en los ante brazos y volví mi vista al cielo.
-Si, hay alguien muy importante- dije sonriendo como una boba, recordando a Leon y algunos momentos juntos. Me dí cuenta de la cara que tenía y me puse muy roja, volviendo a sentarme y mirando a otro lado esperando que nadie viera esa patética cara.

El gato se levantó para mirar a la muchacha, ¿por qué se había girado? ¿A ella también le avergonzaba sentirse así?

Entonces se levantó para sentarse detrás de Nawo, espalda con espalda, con las rodillas encogidas y rodeadas por sus brazos.

-Nawo...¿Crees que es raro que me guste un hombre?-No era esa su mayor preocupación, pero dentro de lo que había, que se hubiese...¿enamorado? Bueno, lo que fuera. El hecho de que hubiese sido de un hombre no le preocupaba especialmente, pero nunca lo hubiese imaginado, aunque pensándolo bien, tampoco le interesaron nunca las mujeres, sólo jugaba con ellas.

La cabeza de Calec estaba echa un lío y el hecho de que fuese por un hombre lo descolocaba aún más. Escondió la cabeza entre sus piernas, para no dejar ver su rubor de nuevo.

No me moví al notarle colocandose contra mi espalda, y no pude evitar sorprenderme con su pregunta. Eché mi cabeza hacia atrás mientras pensaba sobre ello.
-Mmm...a mi no me parece raro, uno no elige de quien se enamora, si yo hubiera podido elegir seguramente no me habría enamorado nunca- se me escapo una pequeña risa tranquila.
-Mientras el te quiera a ti también...yo creo que eso es suficiente- dije mientras una pequeña sonrisa se formaba en mis labios. Me giré y me apoyé en su espalda, con los brazos en sus hombros.
-Te quiere?- pregunté con curiosidad observando su cabeza escondida.

Calec escuchó con atención las palabras de Nawo, probablemente él tampoco se habría enamorado nunca, ¿enamorado? si es que eso era lo que le pasaba. Sacó la cabeza de su escondrijo y miró a Nawo, que estaba sobre él. Luego miró al frente intentando recordar.

Querer...¿Cómo se suponía que debía saber si le quería? ¿Con decirlo era suficiente? Ni siquiera estaba seguro de saber como era sentir que quieres a alguien.

-Supongo...¿cómo se sabe si alguien te quiere?-Le peguntó, levantando la cabeza para mirarla de nuevo.

Me quedé un momento pensando es sus palabras, no sabía muy bien que responderle.
-No estoy muy segura...supongo que una persona que te quiere cuida de ti, y te demuestra su cariño, no?- lo miré con cierta duda, no estaba muy segura de haberme explicado bien.

Parecía que ella tampoco lo tenía demasiado claro, ¿Salazar le había demostrado su cariño? Si con demostrar su cariño se refería a...

La cara de Calec se tornó totalmente roja y sus ojos se abrieron desmesuradamente al recordar aquella escena.

-Supongo...que me...quiere...no lo sé...-Dijo, con la voz entrecortada por la vergüenza.-Es un ángel perverso.-Acusó, frunciendo el ceño y escondiendo, de nuevo, la cara.

Observé lo rojo que se puso y sonreí, lo había comprendido. Me levanté y me giré observando el paisaje mientras me estiraba.
- Será todo lo perverso que sea, pero le quieres- dije sonriendo sin mirarle. Era cierto que, no controlabas de quien te enamorabas, y que a pesar de las cosas malas, acabarás queriéndolo así... así que sería cuestión de tiempo que Calec pasara a querer también la faceta perversa del ángel.