En busca de tranquilidad...o no [Sanosule y Edgar]

Vi como mi último comentario lo molestó bastante y se agachó para coger de la hierba una pequeña tortuga y la metió en su bolsillo. Esta vez si parecía cabreado de verdad y eso no me gustaba,al fin y al cabo,se había portado bien conmigo y yo..."soy un monstruo"-pensé. Me sentí fatal y corrí hasta su espalda y puse la mano en su hombro a la vez que desplegué el ala y pequeñas plumas negras revoloteaban por el ambiente.

-Recuerdos...recuerdos de que?...de un ángel con una sola ala negra?yo ya estoy muerto¡ y...no me comprendes...nadie me comprende¡

Al notar su mano en mi hombro, me solté molesto y me giré para mirarlo. Lo que dijo solo me molestó mas, ¿acaso pensaba darme pena? ¿que clase de actitud era esa?
- si no te comprendo es porque ni siquiera dejas que la gente se acerque para intentarlo. No estás muerto, estas aquí, conmigo, en mitad del monte. Esto es un recuerdo, y sería mejor si no fueras cerrado. Apuesto a que no soy el primero que se te acerca, ni el último al que tratas de apartar...tu verás, yo solo quería hacer un amigo- dije recogiendo la mochila, la cual me eché al hombro, y caminando entre los árboles llegué al claro donde había estado antes. Noté algo de brisa, y me estremecí <> fui a cogerla, y un pequeño "mierda" salió de mis labios al comprobar que me la había dejado donde Edgar se encontraba. Suspiré resignado, y revolví mi pelo con una mano. ¿Que debía hacer? No sabía si volver. Debía admitir que en un principio me había parecido un chico interesante, había sentido curiosidad por el...pero había espantado todo lo que había podido sentir.
Volví a emitir otro sonoro suspiro, y me giré para mirar hacia los árboles.

Mi discurso cursi para hacer que se quedara no funcionó en absoluto,nunca se me habían dado bien. En cierta manera,me sentía mal por comportarme así con él,pero sus charlas sobre la amistad no hacían mella en mi.

Miré al suelo para pensar una forma de hacerlo volver,ya que ahora que no lo tenía detrás de mi me interesaba. Entonces fue cuando vi una camiseta,sería suya. La levanté del suelo y lo miré desde lejos y la levanté en alto mientras me acercaba a él. Al ponerme a varios metros extendí el brazo y le dije:

-Toma,ya te puedes ir,se que no te caigo bien-cogió la camisa y puse mi mano en su vientre mientras le decía al oído-Aunque sería una pérdida dejarte ir...con lo mono que eres-terminé de decir esto y exhalé mi aliento en su oreja para que notara un escalofrío.

Lo vi acercarse, y pude distinguir mi prenda en su mano. La cogí sin molestarme en mirarlo a la cara. Tras sentir su mano en mi vientre, levanté la mirada sorprendido y confuso, ¿que le pasaba a ese tio? ¿Que buscaba? Pude escuchar la perfección sus palabras, sobretodo la última parte, que venía acompañada de su calido y húmedo aliento, el cual sentía en mi oido. Cerré los ojos y tragué saliba, tratando de controlarme. A mi me gustaban las personas, tanto hombres como mujeres, pero el... el momento en que lo había visto, me había resultado el ser mas atractivo del mundo, sin embargo...era su actitud, esa actitud, falsa y dominante, la que no me cuadraba.
Tragué saliba y me aparte un poco, yo no era un juguete, a mi no se me podía dominar solo con eso. Levante la vista encarandolo, y puse espacio de por medio entre el y yo.
- mira...si que eres buen actor, si tanto te hubiera gustado, no me hubieras apartado así cuando trataba de ligar contigo- dije en tono molesto. Espera...había dicho ligar? No, no, no, y mil veces no. Titubeé un poco, con una sonrisa nerviosa, tratando de reparar esa última parte. - conocerte, decia conocerte

Mi plan para que volviéramos a hablar estaba funcionando,no sabía el porqué lo hacía pero...me estaba cayendo bien aquel tío,yo cuando conocía a las personas era muy amables con ellas,pero conocer a gente nueva me chocaba y me costaba mantener una relación directa con ellas,por eso empecé a decir estas cosas,al fin y al cabo, si quería encontrar médicos buenos tendría que hacer amigos para encontrar información sobre ellos. Puse mi una mano en su pecho y la otra la dejé caer sobre su brazo.

-Fíjate si soy buen actor,que te has creído que soy un antipático...y ahora mismo,estas muy...muy nervioso...verdad?-dije mientras exhalaba mi aliento delante de sus labios y me reí.

Al sentir su mano en mi pecho, traté de retroceder, pero el me seguía, acercándose peligrosamente. Escuché lo que dijo, en silencio, ¿nervioso? ¿yo? menuda tonterías! yo no estaba...bueno, tal vez si, pero yo debía dominar la situación! siempre lo hacía! ¿por que con el no podía? Era su simple presencia, la que me hacía sentirme mas como el animal que como el domador, y no era una sensación que me gustara, no servía para estar inseguro.
Al sentir esta vez su aliento, sobre mis labios en lugar de sobre mi oído, no pude evitar estremecerme, rezando por que no lo hubiera notado, al tiempo que me relamía mis labios, deseoso de lanzarme sobre ellos, de hacerle retroceder, de hacer que se mostrara dócil y débil...pero sabía que eso era muy improbable, y era algo que me asustaba.
- Deja...deja de jugar, no estoy nervioso, y no me gusta que finjan para jugar conmigo- dije tratando de que mi voz sonara lo mas firme y amenazante posible, al tiempo que fruncía mi ceño mirándolo molesto.

Notaba como las pulsaciones de aquel chico aumentaban con cada exhalación,caricia y cualquier roce que teníamos.Sabía que estaba más y más nervioso y esa sensación en el me enternecía por así decirlo. Pensé que ponerlo más nervioso podría ser divertido...y me empezaba a llamar la atención aquel chico,así que puse mis manos en sus nalgas y empecé a decirle:

-De verdad no estas nervioso?...no quieres jugar a esto?-dije mientras le daba un pequeño pico en sus labios separándome rápido de él.

Me sobresalté por completo al notar sus manos en mi culo. Y traté de apartarme, hasta que noté de forma fugaz sus labios sobre los míos. ¿Que me pasaba? ¿Que le pasaba a el? No supe como reaccionar, había estado con otros hombres antes, pero eran solo..juegos, en los que yo desempeñaba el papel que "el" estaba llevando acabo. No me gustaba esa sensación de "dominado". Parpadeé varias veces y lo miré, antes de apoyar las manos en su pecho y apartarlo de mi, al tiempo que apartaba el rostro.
El era atractivo, me había resultado interesante...la forma en la que antes había susurrado esos versos en mi oído antes... pero no por ello iba a ceder, no quería ser su juguete.
No supe que decir, solo guardé silencio, esperando la inspiración divina (por así llamarla) ya que no se me ocurría ni que decir en ese momento.

Se había quedado sin palabras?...me hacía mucha gracia,lo estaba dominando. Él no sabía donde meterse,parecía un animal sin escapatoria de las manos de su cazador.
Me separé de él mientras ponía una mano en su hombro y empezaba a hablarle:

-Que no te coma la lengua el gato anda...solo lo hice porque sentí un impulso de hacerlo,tenía ganas de besarte...tu no tenías ganas?

Al escucharlo levanté la vista hasta sus ojos, notablemente nervioso. Tragué saliva con dificultad, sus palabras eran ciertas, yo también había tenido ese impulso, pero no me dejaba dominar, era yo quien dominaba mis impulsos. Atrasé una pierna, colocándome a la defensiva y fruncí el ceño y lo miré de forma desafiante. Era reacción natural, en muchos animales, al verse atacados volverse mas agresivos. Me preparé por si volvía a "atacar".
Lo examiné de forma detenida con la mirada, debía reconocer, que físicamente me atraía, y bastante, pero algo en el me hacía sentirme muy alterado. Empezaba a darle vueltas, que tenía el, que me dominaba, cosa contra la que luchaba con todas mis fuerzas. Poco a poco, inmerso en estos pensamientos, bajé un poco la guardia, dando vueltas a todos esos pensamientos y sentimientos que daban vueltas, de forma descontrolada ahora en mi cabeza.

El chico seguía inmóvil,solo que esta vez retiró una pierna hacia atrás,vaya sorpresa. No pensaba hablar?...pero si él en un principio era el que quería hablar...que chico más raro. Vi como no tenía intención alguna de hablar y me acerqué de nuevo a él. Pensaba buscar una reacción en él,me daba igual cual fuera,solo quería comprobar que seguía vivo. Abrí mi libro y empecé a dar vueltas alrededor del chico mientras recitaba el acto 3,uno de los más importantes del libro.

-A medida que la guerra envía al mundo lastimando a la destrucción.
El prisionero sale con su nuevo amor.Y se embarca en un nuevo viaje...Venga...Sanosuke?dime que te parece.

Lo observé con cautela, siguiendo el recorrido que hacía alrededor mio con la vista. En ese momento me sentí mas como una presa que nunca. Eso solo me hacía estar nervioso, no me gustaba estar así.
Le seguí con la vista hasta que volví a escuchar su voz. Recitaba los versos de aquel extraño libro. Lo escuché con atención, quería leer mas, mejor dicho quería que el me leyera mas. Me giré un poco hacia el, relajandome un poco ante su pregunta.
-Bueno...me gusta...- dije tratando de sonar tranquilo. Quería oir mas, pero quería oirlo de el. Al pensar en esto mis mejillas tomaron un color rojizo, por lo que me limité a agachar la cabeza para que no lo notara, y me senté en la hierva, esperando que prosiguiera.
- Lee mas por favor- dije en voz baja, casi como con miedo a que aceptara.

Por fin dio señales de vida,ya por lo menos sabía que no estaba muerto. Seguí dando vueltas hasta que me cansé de aquello y me puse enfrente suya mientras con la mano libre lo levanté del suelo hasta ponerlo de pie. Cogí el libro abierto con mi mano izquierda y mi mano derecha hasta sus partes íntimas y agarré con fuerza. Me acerqué a su oído y empecé a recitar:

-No hay odio, solo alegría,para ti que eres amado por la Diosa.Héroe del amanecer, sanador de mundos.Tres amigos entran en la batalla.Uno es capturado,uno vuela lejos.El que queda se convierte en un héroe.Si fuéramos a promulgarlo...¿Seria yo el héroe?,¿ó lo serias tú?-dije mientras apartaba mi boca de su oído y apretaba más mi mano derecha-Tú...tu instinto...dominador...donde está?has encontrado ya a un macho alfa que te domine?,contesta¡

Me levantó con facilidad ya que, como no me lo esperaba, tampoco pude poner resistencia. En esos instantes, temí por mi seguridad, no me fiaba de ese tipo, ya no. Empezaba a ver como era, y solo conseguía sentirme mas...¿dominado? ja! y una gaita! El podía tener esa actitud atacante, toda la chulería del mundo, pero yo aún podia resistirme.
O almenos eso pensaba, hasta que noté su mano derecha en mi entrepierna, apretandola. Un fuerte gemido, tanto por la sorpresa como por el dolor y la excitación que ese acto provocaba, escapó de mis labios sin que me diera tiempo a reprimirlo. Volví a notar su aliento en mi oído, recitando aquellos versos que tanto habían conseguido interesarme, pero ahora no atendía mucho a lo que decía.
Subí mis manos a su pecho, para tratar de apartarlo cuando noté una presión aun mayor en mi zona. Apreté los dientes esta vez, mientras escuchaba como se burlaba de mi. Levanté la vista y lo miré enfadado, no quedaba en mi rostro ni un atisbo de la sonrisa que antes había podido llegar a dedicarle. ¿Por que había tratado de hacercarme a ese tipo? Fisicamente si me atraía, no podía negarlo, ¿pero que hay de su horrible carácter? Aunque, a pesar de ello... el momento en que su mirada había expresado algo de ternura...¿había sido eso? Yo solo quería verle esbozar una sonrisa, y ahora estaba metido en esto...
Salí de mis cavilaciones a tiempo para responderle, y subí una mano por su cabeza, agarrando fuertemente su pelo. Acerqué mis labios a su cuello y lo mordí con fuerza, clavando mis dientes en su piel, hasta que un par de finas gotas de sangre resvalaron por su cuello.
- Nadie puede dominarme...no lo olvides- dije mientras tiraba mas de su pelo, haciendo que echara hacia atrás su cabeza y así disponiendo de mas cuello para mi.

Por fin mi pequeño animal acorralado había sacado sus garras para defenderse. Noté su boca en mi cuello algo que me dio un pequeño escalofrío,no por el dolor sino por el placer de sentir su aliento en mi cuello y solté un pequeño gemido. Hizo lo que yo quería,quería sentir su boca en mi cuello aunque no fuera de aquella forma,ami me servía. Solté su entrepierna y le di una patada en las rodillas que hizo caerse sobre ellas. Metí el libro en mi bolsillo y agarré su pelo con mi mano izquierda.Con la derecha evoqué la espada y se la puse al cuello.

-Di quien es el que domina la situación,vamos¡,dilo o morirás.

Aún con mis dientes clavándose en su cuello pude escuchar a la perfección como emergía de su garganta un pequeño gemido. Al principio pensé que era por dolor, pero por la forma en la que sonó...¿era placer? No me dio mucho tiempo a descubrirlo. Noté como su mano se retiraba de mi entrepierna, no entendí porque, pero en ese momento me molestó, tal vez...¿me había gustado? ¿¡como iba a gustarme tratándose de el!? Me separé un poco de su cuello, estando aún a unos milímetros cuando noté un fuerte golpe en mis rodillas que me hizo caer. Apoye mis manos en el suelo, preparado para levantarme cuando noté un frió familiar en mi cuello. Levanté la vista (obligado ya que parecía estar devolviendome el estirón de pelo) y allí estaba el, frente a mi con su espada en mi cuello. Apreté los dientes frustrado y lo miré desde el suelo. No podía permitir que el me dominara, era yo quien debía hacerlo. Le dominaría costara lo que costase, le haría gemir como había hecho antes...espera, ¿que? ¿hacerle gemir? ¡por su puesto que no! solo quería humillarlo, hacer que se arrepintiera por tratar de dominarme.
Pero que podía hacer en ese momento? Estaba claro que me estaba dominando, y no me gustaba nada, se trataba de el! ¡Edgar! Ese que despreció mi amistad y buenas intenciones desde un principio, ¿que quería ahora de mi?
Me negaba a admitir nada (aunque las evidencias eran claras), escupí su zapato, ya que me quedaba mas cerca que la cara, y tras eso sonreí con sorna.
- Vete a la mierda - dije de forma prepotente, aunque en esos momentos si temía por mi vida. Pero antes muerto a demostrarle mi debilidad a ese ser.

Aquel chico era...era...perfecto¡, su honor era lo que más le importaba y eso demostraba mucho de él. Esto,le salvó la vida. Haberse arrepentido y suplicado que le dejase vivir hubiera acabado con él. Era exactamente lo que yo quería para mi,una persona que me llevara la contraria cuando no le pareciera bien algo...y no se callara era perfecto. Hice desaparecer la espada de mi mano y solté su pelo con la otra mano. Esa misma la coloqué en su mejilla y empecé a acariciarla. Hinqué mis rodillas en la tierra y con mi mano derecha levanté su cara para darle un beso largo. Al terminar me levanté y busqué una pequeña pluma de mi bolsillo y en mi libro,había varias hojas sueltas que yo previamente había puesto ahí para apuntar cosas. Apunté mi teléfono en él,lo hice una bola y se lo tiré al chico.

-Llámame-dije mientras comenzaba ha andar-Si quieres preguntar algo,antes de que me vaya,es tu momento.

Dejé de notar la espada en mi cuello y la sonrisa altanera de mi cara se borró al tiempo que el soltaba mi pelo. ¿Que hacía? ¿que me iba a hacer? Pronto pude sentir su mano en mi mejilla, ¿que era eso? Era tan...cálido, me gustaba ese tacto. Me sonroje notablemente ante estos pensamiento, pero aún mas cuando acerco su rostro al mio y me besó. ¿Que era todo eso? ¿Acaso trataba de ser amable conmigo antes de matarme? No lo entendía del todo, aunque no pude evitar que el corazón se me acelerara.
Se separó de mi, y me lanzó una pequeña bola de papel, ¿de que iba todo esto? Cogí el papel al vuelo, aún algo confuso y lo miré frunciendo el ceño mientras se iba. Fruncí el ceño mientras apretaba los dientes, ¿por qué me ponía tan alterado con el cerca? Me levanté a toda prisa y apreté mis puños, estrujando la bolita de papel
- claro que tengo una duda! ¿por que iba yo a llamarte?- pregunté nervioso y molesto, poniéndome de nuevo a la defensiva.

Cada minuto aquel chico me gustaba más y más,hasta un punto de no poder contenerme las ganas de volver a besarlo,pero me las aguanté. Giré mi cuello para mirarlo mientras sonreía de una forma diabólica,algo raro siendo un ángel.

-No quieres volver a verme?jaja-dije mientras me seguía marchando.

Apreté mas los dientes y avancé un paso hacia el, notablemente nervioso. ¿Por que se iba ahora? ¡Que narices! que se fuera, a mi no me importaba, mejor...no? Vacilé un poco entre seguirle o no. Esa sonrisa que me había mostrado me había hecho replanteármelo y quedarme donde estaba. Me dio...miedo, espera, ¿miedo? ¿a mi? ¿el? ja! eso solo en sus mejores sueños.
Baje el rostro, y metí mis manos en los bolsillos, dejando en uno el papel, y notando a Enzo en el otro. Me giré sobre mis propios talones y eché a correr en dirección contraria. No sabía que hacer, así que supuse que una vez me alejara de el se me ocurriría algo.