En busca de tranquilidad...o no [Sanosule y Edgar]

Spoiler:

Respiré ondo con las manos apoyadas en mi cintura y miré a mi alrededor con una gran sonrisa. Era el lugar perfecto, allí, en mitad del monte, en mitad de la nada, podría bañarse tranquilamente y divertirse con Enzo. La susodicha tortuga, asomó la cabeza de mi bolsillo y miró lentamente alrededor, sin comprender donde estabamos.
Me metí la mano en el bolsillo y la saqué, dejándola en la hierba con cuidado antes de desnudarme, recogerla (ya que se había movido mas bien poco). Y acto seguído caminé al borde de aquel río. Debía de ser el agua que bajaba de la zona mas alta, de la cumbre, porque bajaba helada, y no pude evitar que un escalofrio recorriera mi espalda.
- Bueno...dicen que el frío es bueno para la circulación- le dije a Enzo alzándola frente a mi.

En busca de la calma y la tranquilidad fui a un pequeño bosque que estaba al pie de algunas montañas. Me senté delante de unos arboles que estaban al lado de la "orilla" por así decirlo. Me quité mis botas militares y las hice a un lado. Dí varias vueltas a mi pantalón para que llegara hasta mis rodillas y metí los pies en el agua.Estaba algo fría.

Rebusqué en mi bolsillo y encontré mi preciado libro,"Loveless" y lo abrí por la primera página y empecé a recitar un par de versos en voz alta.

-"Cuando la guerra entre las bestias traiga consigo el fin del mundo, la Diosa descenderá del cielo.Con sus alas de luz y obscuridad desplegadas,
nos guiará hacia la dicha, su don será eterno"-terminé de recitar y me puse a recapacitar sobre lo que había leído.

Mientras me dedicaba a hacer el tonto en el agua, molestando y jugando con mi tortuga, pude escuchar una extraña voz, venía del otro lado del meandro mas ecrcano, cuya vuelta estaba tapada por los árboles. Subí ese trecho del rio, con Enzo en mis manos, y giré la curva, hasta que llegó a mi vista, el emisor de aquella voz.
Se trataba de un chico, que tendria mas o menos mi edad, tal vez un par de años mas. Su rostro parecía perfecto, supongo que en ello estaba su mayor imperfección.
Pude ver que se había dado cuenta de mi presencia, por lo que levanté una mano y lo saluyde efusivamente con una gran sonrisa amistosa en la cara.
- hey! que tal?- dije mientras me aproximaba un poco. No tenía vergüenza, el agua me cubría hasta un poco menos del pecho. Y aunque o fuera así, el también era un hombre, no tenía nada que no tuviera yo, no?

Hice mi vista a un lado y vi a un chico metido en el río que me saludaba con la mano.El agua lo cubría a poco menos del pecho. Lo miré un par de veces más y sin decirle nada volví a abrir el libro y empecé a leer en voz baja para mí.

Me desagradaba la presencia de aquel chico,no tenía ganas de entablar conversación con nadie.En los dos pequeños vistazos le había dado,me fijé que era un chico de más o menos mi edad,con tatuajes por todo el cuerpo,algo que no me desagradaba demasiado. Yo pensé en hacerme algunos,pero no sabía que tatuarme así que no lo hice.

Ladeé la cabeza un poco,al tiempo que borraba la sonrisa algo extrañado por la reacción del chico. ¿Lo habría molestado? En ese caso era mejor disculparse. Me acerqué un poco mas, quedando frente a el, a mas o menos un metro.
Tomé aire algo nervioso, por haberle molestado, y volví a formar en mis labios una gran sonrisa, tratando de mostrarme amistoso.
- me llamo sanosuke, lo siento si te le molestado- dije llevándome una mano a la cabeza y riéndome de forma nerviosa.

Otra vez mi calma se vio frustrada por aquel chico. Lo miré y vi como se acercaba a mí pero me di cuenta de que estaba desnudo.No me sobresalté para nada,ya que no tenía de nada de lo que avergonzarme.Cerré el libro cabreado y lo miré de nuevo.

Me levanté y me puse delante suya mientras empezaba a decirle:

-Me llamo Edgar y por favor...déjame leer.-dije dándome la vuelta hacia donde estaba sentado-y...ponte algo de ropa.

Lo observé levamtarse con una sonrisa <> me repetí el nombre en mi cabeza, tratando de grabarlo en mi memoria. Tras escucharlo, me miré, y fue entonces cuando otra risa nerviosa escapo de mis labios.
- Bueno, esta bien- dije mientras me giraba para caminar hacia odnde tenía mis cosas.- por cierto!- dije antes de girar la curva que hacía el rio- no huyas, me gustaría hablar contigo- dije sonriendo por ultima vez antes de llegar a mi ropa. Me sequé y vestí a toda prisa, metiendo a Enzo en el bolsillo de mis pantalones (unos pantalones militares, bastante grandes), cogí mi camiseta en la mano y me apresuré (esta vez pasando entre los arboles) al lugar donde estaba Edgar.

Lo miré malhumorado,yo no quería hablar solo quería leer,leer tranquilo de una maldita vez.Vi como se marchaba iba a por su ropa. Abrí de nuevo mi libro y empecé a leer de nuevo.

Cuando miré su espalda mientras iba a por su ropa vi sus bonitos tatuajes.Molaban mucho,pensé en hacerme alguno,pero solo pensar el dolor se me quitaron las ganas de momento.

Lo encontré leyendo, y sonreí ampliamente mientras me acercaba por su espalda y asomaba la cabeza para observar que era lo que leía, con curiosidad.
- mmm...¿que es?- pregunté al no conseguir leerlo. Miré su rostro con una sonrisa. Una pena que fuera tan malhumorado, si podía sacarle una sonrisa moriría feliz.

Lo miré incrédulo,como no podía conocer tal obra,al bella obra de arte escrita hace tantos siglos. Era un ignorante,por lo que no me dio la gana concederle mucho de mi tiempo.Lo miré cabreado y empecé a recitar un verso.

-Infinito es el misterio del don de la Diosa.Ondulando la superficie del agua.El alma errante no conoce descanso.-hice una pausa y volví a hablar-de verdad no conoces el Loveless?

Vi como parecía enfadarse y me aparte un poco con cautela. Enfadarlo era lo último que pretendia. Sin poder decir nada para calmarlo, el comenzó a leer. Mientras los escuché embobado, era increible, pero claro, en un circo no es esa la educación que recibes. Sonrei un poco, algo emocionado por la obra.
- yo...lo siento, créeme que si hubiera conocido alguna vez algo asi no lo habría olvidado- dije con una sincera sonrisa.

Es cierto que algunas personas no tienen derecho a una educación la que yo tuve,y algunos no podían llegar a ser lo que quisieran en el futuro,por lo que lo comprendí y me calme rápido. Lo miré con un poco de ternura y concederle algunos minutos más,había tenido un gran fallo y le había echado una bronca por nada.

-No pasa nada...por cierto,de que trabajas?

Lo vi calmarse y respire tranquilo mientras ni sonrisa se volvía mas agradable. Nunca me había imaginado que unos ojos como esos pudieran expresar ternura (ya que solo los había visto molesto y enfadados) pero me encantaron. Los observé en silencio hasta que procesé su pregunta.
- oh, pues...- miré mi cuerpo cubierto de tatuajes- me gano lo justo para sobrevivir como tatuador- dije de forma alegre. No sería un trabajo de prestigio, pero me hacía sentirme realizado.

Tatuador?,así que de ahí venía su pasión por los tatuajes. Y de ahí que tuviera tantos,ya comprendía todo. La verdad es que sus tatuajes eran muy bellos,así que se le tendría que dar muy bien dibujar. Yo siempre pensé en hacerme alguno,pero no sabía nunca que tatuarme. Ya que tenía la oportunidad podría preguntarle,para matar el tiempo de hablar con él.

-Yo pensé en hacerme alguno,duelen al hacerlos?

Vi que examinaba mis tatuajes, y no me molestó, al contrario. Esraba muy orgulloso de ellos, y cuanto mas los miraran mas orgulloso me sentía. Tras oir su pregunta sonreí divertido y observé mi brazo, ¿cual había sido el primero? ah si! el caballlo de mi antebrazo. Levanté la mirada hacia la suya, ¿había conseguido un cliente?
- bueno, dolor dolor...duele, pero es perfectamente soportable- dije tratando de animarlo.

Sus tatuajes eran bonitos,pero pasar un rato mientras me estuvieran "torturando",no lo compensaba,que se quedara el con sus tatuajes. Abrí de nuevo el libro intentando hacer algo mientras esperaba mi pregunta...de en que trabajaría. Viendo que no preguntaba cerré mi libro cabreado y lo miré.

-No piensas preguntar en que trabajo?creo que nuestra conversación debe terminar aqui.

Tras ver su rección y enfado no pude evitar reirme un poco. Pero a pesar de todo no quería que la conversación terminara, por lo que decidí tratar de calmarlo.
- Venga "Edi"! Si te iba a preguntar ahora! pero antes quería aclararte, por si tenias mas dudas sobre los tatuajes-dije sonriendo de oreja a oreja. Me incliné hacia alante observandolo con curiosidad.
- Y ahora dime...¿en que trabajas?- dije mientras una picara sonrisa aparecía en mi rostro.

Edi? se burlaba de mi nombre?...lo que tenía que aguantar a estas horas...Guardé mi libro con tranquilidad y sin previo aviso salté encima suya tumbándolo en el suelo,mientras lo tenía entre mis piernas.Puse mi mano izquierda en su pecho y mi mano izquierda la levanté en alto invocando mi espada roja. Puse su filo al lado del cuello de mi "querido" nuevo amigo y empecé a clavarla en el suelo.

Me acerqué a su oído izquierdo y empecé a susurrarle algunos versos de mi libro que me acordaba de memoria.

-Mi amigo, tu deseo,Es la portadora de la vida, el don de la Diosa.La leyenda habla de sacrificio cuando el mundo acabe.El viento navega por la superficie del agua.Lentamente, pero seguramente...-terminé de recitar y con mi lengua empecé a acariciar su lóbulo.-Como vuelvas a llamarme así,esta será tu tumba.

observé sorprendido como guardaba su libro, ¿no me iba a leer mas? Era una pena. Pero entonces lo vi abalanzarse sobre mi, por lo que no me dio tiempo a esquivarlo. Noté el frio que desprendia el metal de su espada, demasiado cercano a mi cuello para mi gusto.
La sonrisa de mi boca se convirtió en una mueca forzada ¿Que hacia? ¿Tanto le había molestado que le preguntara su trabajo? ¡Si me lo había pedido el! O tal vez...¿Era por lo de "Edi"?
Note su voz en mi oido y no pude evitar tragar saliba, mientras escuchaba atento los versos que decía. Noté su cálido aliento en mi oreja, justo antes de que lamiera mi lóbulo. ¿Que pretendia? Esa situación me era muy incomoda, a mi no se me dominaba, ¡era yo quien debía dominar la situación! Fruncí el ceño y me revolví debajo suyo, pero al volver a sentir el filo junto a mi cuello decidí estarme quieto, de mala gana.
- Esta bien Edgar, te lo tomas todo demasiado en serio- Dije en tono seco mientras lo miraba, por primera vez molesto.

Desclavé la espada del suelo levantándola en alto mientras hacía que desapareciera. Mi mano libre la coloqué sobre su pecho. Me lo tomaba todo muy enserio?pero que sandeces...yo no era el que molestaba el tiempo de lectura de una persona para hablar de estupideces. Sin pensarlo dos veces desplegué mi única ala negra;pensaba decirle porque estaba en este maldito mundo; y con mi mano agarré su cara y la otra la apoyé en su hombro mientras me acercaba a su oído de nuevo.

-Ves lo que soy?soy un deshecho de los de allí arriba...aún te parezco interesante humano?aún me ves alguna utilidad?no quiero relacionarme con nadie,la gente acabará del todo conmigo...-dije mientras levantaba de encima suya y me dirigía hacia mi árbol.

Sus actos me molestaban, mas que nada me molestaba estar así, sin poder moverme ni hacer nada. Volví a sentir su cálido y húmedo aliento en mi oido, ¿que le pasaba a este tipo? Cerré los ojos fuerte mientras desviaba la cabeza hacia el otro lado, pero como su mano sostenía mi cara no pude moverme mucho.
¿A que se refería con todo eso que me decía? ¿Deshecho? ¿De ahi arriba? Abrí los ojos, y pude verlo, un...ala? Se quitó de encima mio y me incorporé, sintiendome liberado por fin. Lo observé, se dirigía hacia un árbol cercano. Me levanté de un salto y cogí el látigo, que colgaba en el lateral de mis pantalones (por si acaso volvía a intentar tumbarme)
- Después de lo que has dicho... creo que me resultas aún mas curioso- dije recobrando la sonrisa, aunque era mas una mueca falsa. ¿Como había logrado ese tipo ponerme tan de los nervios? Traté de mostrarme relajado, aunque me era difícil.
- aún no me has dicho en que trabajas- añadí con sorna- y no estaría mal de paso decir que demonios eres- dije mientras me acercaba a donde se encontraba, con una actitud un tanto desafiante. No me gustaba que me tumbaran, ni que me tomaran el pelo. ¿Entonces por que simplemente no le daba una paliza hasta volverlo sumiso? No me entendía, ¿que tenía ese tipo?

Al llegar al pie del árbol escondí mi ala negra y reposé mi espalda en el árbol,saqué mi libro y lo abrí por el tercer acto. Crucé mis piernas estiradas y lo miré por encima del libro.Curioso?...que forma tan extraña de llamarme raro...pero bueno,sino le respondía seguiría ahí todo el rato,quería quitármelo de encima enseguida.

-Curioso?no querrás decir raro?...

Entonces el continuó hablando y empecé a responderle con tranquilidad.

-Soy actor y de lo segundo...espero que con tu inteligencia puedas responderme tu solo a esa pregunta,mono.

Parecía querer ignorarme, pero despues de haberme tumbado no lo iba a permitir. Estaba...¿picado? se podía decir que si. Me acerqué mas, quedando a un par de metros de el.
- mmm...actor? Entonces se te dara muy bien fingir, no?- dije tratando de molestarlo un poco y llamar así su atención. ¿Pero para que necesitaba yo su atención? Una cosa es que fuera algo infantil, me lo habian dicho muchas veces, pero otra cosa era eso. En cuanto a lo que era...ese ala me había dado alguna pista.
- un palomo?-solté una pequeña carcajada- no, ahora en serio, nunca he visto a nadie con un ala... podrías ser muchas cosas- dije recuperando una sonrisa amistosa, al ver que se había vuelto a fijar en mi.

Fingir?...este chico parecía tonto de remate. Sabía que intentaba provocarme para llamar mi atención? tan importante era para él? eran increíbles las relaciones filiales que se creaban solo con hablar con los humanos. Conmigo nunca lo conseguiría,yo era de una clase superior,el...no me llegaba ni a los zapatos.

-Sí,fingir que quiero hablar contigo...

-No hay que ser muy listos para saber de donde vengo si vengo del norte y tengo un ala,inepto.

Sus respuestas me sorprendieron, por no decir que me molestaron de sobremanera. ¿Que le había hecho yo a ese ser aparte de tratar de ser amistoso? ¿Tanto le molestaba mi presencia? Apreté los puños mientras agachaba un poco la cabeza, si no iba a sonreir preferia no mostrar mi rostro. Me sentía un tanto impotente, ¿quien se había creido que era? No me gustaba esa actitud suya, como si...como si pudiera dominarme a mi! yo! que era el que siempre tenía las cosas bajo control! Me giré y vi a Enzo en la hierva, debía de haberse caído de mi bolsillo cuando me tumbó, la recogí con mucho cuidado y volví a guardarla.
Sin molestarme en girarme para volver a verle decidí hablar.
- Seas un ángel, o un demonio, no eres mas que un engreído. Si apartas siempre así a las personas que tratan de ser amables, me das mucha pena, algún día morirás, y no tendrás a nadie que preserve tu recuerdo, ni un amigo, ni nada- dije en tono muy seco, antes de ir a recoger mi mochila con intención de marcharme del lugar.