hora de dejar claro quien es el dominante [Edgar y Sanosuke]

Salí de mi trabajo tras cerrar la tienda y solté un profundo suspiro. Por mucho que había tratado de concentrarme, había un asunto que aún me daba vueltas en la cabeza, y me impedía disfrutar mi trabajo.
Decidí dar un paseo para despejarme, y tras doblar un par de esquinas, metí mis manos en los bolsillos. Había algo, una volita de papel, abrí de par en par los ojos al recordar que era y la saqué. ¿Debía llamar? Recordé como había sido nuestro último encuentro, era demasiado confuso, no conseguía encontrarle sentido a nada. Era cierto que el había conseguido excitarme algo...pero esa actitud suya...cada vez que lo recordaba, me daban ganas de patearlo hasta que pidiera clemencia.
Saqué el móvil del bolsillo, y como un autómata marqué el numero. Fue algo totalmente involuntario, en lo que no reparé hasta que oí el sonido del teléfono, y esa voz al otro lado.
Tragué saliva, sin saber muy bien que decir, y titubeé nervioso un par de veces antes de conseguir articular una palabra mas o menos coherente.
-ho-ho-ho...hola...- dije de los nervios, con un hilo de voz. ¿Que narices estaba haciendo?

Desde aquel día en que conocí a ese chico,solo pensaba en él. Podría haber sido mala idea irme así?sin asegurarme que me llamaría?...bah,memeces,sabía que lo haría. Mi actitud le había despertado interés. Y si no me llamaba su valentía se había esfumado.

Iba por una calle bulliciosa,buscando una librería para comprar obras literarias de Aiwe. Su calidad según el Cielo eran muy buenas,por eso me interesaban. Al entrar a una escuché mi móvil sonar y vi como era un número desconocido. Podía ser alguien importante así que lo cogí.Era él¡ al fin se había dignado a llamarme.

-Que pasa cielo,como estas?

¿Cielo? le había oido bien? Me sonrojé, aunque no me importó ya que no podía verme. Tragué saliba, no sabía por que lo había llamado, asi que obiamente no sabía que decirle. Tomé aire y me armé de valor, estaba claro que tendría que improvisar.
- Bueno...yo...dijiste que te llamara, no? Pues ya esta

Que excusa más barata para decir que tenía ganas de llamarme. Encubrir de aquella forma sus "sentimientos" o ganas de hablar conmigo de aquella forma solo hacía que mi interés por hacer que me dijera que me amaba y que me deseaba,aumentara de una forma bastante grande.

-Entonces haces lo que yo digo?...eres mi marioneta?...soy el que te domina?-dije entre risas

Me sobresalté con sus palabra, ¿que podía decir? ¿¡lo había obedecido!? Me sentía increíblemente estúpido. Aunque no pude negar que el sonido de su risa me resulto...agradable? no! por supuesto que no, menuda tontería.
Pensé en varias cosas con las que responderle, pero ninguna me parecía lo suficientemente buena, por lo que decidí desviar el tema.
-y...bueno...¿para que querías que te llamara?

La habilidad de ese chico para desviar el tema era increíble. Sabía que mis preguntas le afectaban y cada vez se notaba más el nerviosismo en su voz...tartamudeaba al hablar y eso,no era normal.

-Yo no te llamé,qué quieres tú?

Me paré en seco sorprendido por su repuesta. ¿Que quería llamándole? Aún no lo sabia ni yo. Miré a mi alrededor nervioso, buscando una respuesta, mientras titubeaba cosas sin sentido.
-eemm...yo...bueno, pensé que como dijiste que te llamara...pues...igual era por algún motivo...yo...por eso llamé- dije tratando de que mi voz sonara lo mas firme posible, pero me era muy difícil.

Este juego me estaba gustando cada vez más,el chico estaba muy nervioso. Reí mientras estaba al teléfono y le dije:

-Dónde quieres que nos veamos amorcito?

Me repuse un poco y seguí caminando, hasta que lo vi entre la multitud. Estaba al otro lado de la calle, podía verle reirse (aparte de que le escuchaba por telefono). Me quedé boquiabierto, y comencé a ponerme realmente nervioso.
- yo...yo...no me llames así!-dije reaccionando molesto por primera vez- y en cuanto a vernos...- me quedé en silencio mientras lo observaba de lejos.

Ante sus palabras levanté la mirada y pude verlo a lo lejos. Sonreí y llevé el móvil hasta mi cintura,donde cerré la llamada y lo guardé en mi bolsillo. Con una sonrisa maléfica me acerqué hasta él y con una finta me puse a sus espaldas. Allí lo abracé mientras empezaba a besarle el cuello.

-Te había echado de menos cariño.

Lo vi acercarse y me paralicé horrorizado, sobretodo por su sonrisa. ¿Era un ángel o un diablo? Separé el telefono de mi oreja al tiempo que lo guardaba y el se acercaba. Cuando pensaba reotroceder, bajo el primer impulso de huir, el hizo una finta. Me abrazó desde atrás, mientras comenzaba a notar sus labios por mi cuello. Me estremecí al sentirlo, y cerré fuertemente los ojos, al tiempo que la mandivula también.
Jadeé un poco y traté de separarme.
-No vuelvas a llamarme así, suéltame- dije tratando de separarme de el.

Notaba como intentaba soltarse de mis brazos y lo único que hacía era que lo abrazara más y más fuerte y siguiera besando su cuello. Su actitud solo haría que las cosas se adelantasen y no sabía si a él le gustaría. De pronto paré y lo giré haciendo que mirara hacia mi. Le di un leve pico en sus labios y le dije.

-Deberíamos irnos de aquí,hay mucha gente y lo que te quiero hacer debe ser en privado.

Cada vez apretaba mas su abrazo, y yo no dejaba de tratar de soltarme, hasta que lo di por causa perdida. Podía sentir sus labios recorriendo mi cuello, lo peor de todo era que conseguía excitarme. Me giró con demasiada facilidad y lo miré frunciendo el ceño.
¿Que quería hacerme que? ¿En donde? Puse las manos en su pecho y me separé de el de forma brusca.
- tu de que te crees que vas? no vuelvas a tocarme!- dije apretando los puños mientras retrocedía un poco.

Como se atrevía a ponerme una mano encima con esa furia en sus ojos?,mi mano derecha se abalanzó sobre su mandíbula agarrándola a la vez que la apretaba. Acerqué mi boca a su oreja mientras empezaba a pronunciar algunas palabras de mi libro:

-Es más,
después de todo, tú gloria es debida a la mía.
Mi amigo, el destino es cruel.
No hay sueños, no hay honor.
La flecha que ha salido del arco de la diosa.
Mi alma esta corrompida por la venganza,
un duro tormento.
Para encontrar el final de mí viaje en mi propia salvación.
Y tu eterno letargo.
Ahora lo que mas deseo...
es el ''Don de la Diosa''...-después del texto recitado paré brevemente y le dije de nuevo-...yo soy el que te domino,monada,el día que me demuestres que vales para jefe te dejaré tomar mi puesto,mientras tanto seras mi marioneta y harás lo que yo te diga...

Apreté los dientes y lo miré con furia al tiempo que lo veía acercarse de nuevo a mi oído. Me gustaba que me recitara esos versos, pero no así. Volví a subir las manos hasta su pecho, tratando de alejarlo de mi, hasta la última frase hizo que me bloquera. Me paralicé, no supe como reaccionar, ¿su marioneta? ¿que se había creído? ¿Por que tenía que pasarme esto a mi? Me aparté de mala gana, soltándome de el y bajé la cabeza. Me sentía bastante frustrado, todo por su culpa. Si no me hubiera presentado en el río, el no me estaría molestando. ¿Pero por que el? Me sentía como un idiota, y encima le había llamado...
Guardé silencio, sin saber que hacer, si echaba a correr sería un cobarde, y antes muerto que eso, pero estaba claro que me iba a costar dominarle, aunque no desistiría.

Él estaba un poco deprimido por mis palabras y puse mis dedos corazón e índice en su barbilla y levanté su cara hasta que pudiera divisar la mía. Quizá mi actitud lo había asustado un poco. Sonreí amablemente y me acerqué de nuevo a su oído para susurrarle algunas cosas:

-Venga campeón,no te desanimes,no puedo ver tu cara triste,me gustas demasiado para que pase eso.

Apreté los puños con fuerza, y mas al notar como levataba mi rostro con...¿cuidado? Eso me sorprendió, y tras levantar la vista tuve que enfrentar su cara, con esa sonrisa. Era la primera vez que lo veía sonreír así. No entendí porqué, pero comencé a notar como mi corazón se aceleraba. Volví a escuchar su voz en mi oido, pero esta vez, sonaba diferente, no pude evitar sonrojarme.
Rápidamente recordé su trabajo como actor y me separé de forma brusca de el
- Si claro...- dije sonriendo de forma sarcástica y cínica. Me incorporé y levante alto la cabeza, de forma orgullosa.
- y quien te crees que se va a creer eso?- dije cruzándome de brazos, formando una pequeña barrera entre el y yo, lo cual me parecía mas o menos tranquilizante.

Porqué se separó de aquella forma tan brusca? porqué había roto aquel momento tan bonito?él no tenía derecho a romperlo. No tenía derecho¡. Quien era él para decir lo que yo pensaba o no?...que había más secreto que los pensamientos?. Sabía que si intentaba hacerle algo que le resultara agresivo se iba a enfadar y mis posibilidades de hacerlo mio serían cada vez más diminutas. Aunque no iba a soportar más de sus niñerías,el momento en el que me enfadara lo iba a hacer mio sí o sí.

-Ven anda,no te enfades conmigo cariño mío-dije mientras lo abrazaba-Tú no sientes nada por mí?

Lo vi acercarse, pero ya no había mas acera, a mis espaldas se habría un callejón, pero decidí no retroceder hacia el, por pura precaución. Noté como me abrazaba y me tensé mucho, no quería rendirme, no debía. Al poco, sus palabras llegaron a mis oídos, alterandome bastante. ¿Si sentía algo por el? No entendí por qué, pero mis piernas comenzaron a temblar, ¿tenía miedo? Pudiera ser que sintiera algo por el (en caso de reconocerlo, ya que era obvio que si), pero el hecho de que alguien pudiera dominarme...me daba miedo.
Comencé a titubear, sin saber exactamente que decir. Apoyé mis manos en su pecho, me temblaban, ¿que podía hacer? Ese aura suya, su mirada, su forma de actuar...era demasiado para mi, cuanto tiempo podía seguir resistiendo?

Empezó a temblar cuál animal asustado que no puede escapara porque su cazador anda cerca.Pobrecito,solo mi presencia hacía que su valentía escapara de aquel cuerpo mediante la boca. Empecé a andar hacia para delante mientras él iba retrocediendo hasta que tropezó con la pared y puse mi mano en la pared haciendo una pequeña cárcel para que él no pudiera escapar. Mi boca se acercó rápidamente a su cuello y de ahí a su boca donde con mi lengua buscaba la suya. Al parar, lo miré a los ojos mientras le decía:

-Dime que no me quieres

Noté como avanzaba, y yo solo alcancé a retroceder, hasta que mi espalda dio con la pared del callejón. Me había metido de lleno en la boca del lobo. Tragué saliva al tiempo que cerraba fuertemente los ojos, mientras sentía sus labios recorriendo mi cuello. Un gemido ahogado escapó de mis labios, al sentir los suyos, y la incursión de su lengua, de forma autoritaria y demandante, sin que yo supiera reaccionar.
Dejé caer mi peso contra la pared, mientras el se separaba de mi. Jadeé un poco or la impresión y bajé un poco la cabeza, murmurando cosas sin sentido, buscando una forma de decirle que no le queria.
- Yo...yo no...- levanté la cabeza, decidido a decírselo. Pero nuevamente, esa mirada suya me bloqueo, haciendo que las últimas palabras salieran como un débil hilo de voz de mis labios- ...te quiero...- dije sosteniendo su mirada.

Sonreí mientras me acercaba suavemente a sus labios dándole un pico. Empecé a darle besos por la mejilla bajando hacia el cuello y allí empecé a juguetear con su cuello con mi lengua dándole pequeños lametones. Pasé mi mano izquierda por debajo de su camisa y empecé a acariciar sus abdominales. Con mi mano derecha,como era de costumbre, la puse en sus partes intimas apretándolas levemente y exhalé mi aliento delante de su boca mientras con mi lengua empecé a lamer la punta de su nariz.

-Y ahora...me quieres?

Me estremecí ligeramente por ese pequeño beso. ¿Que le pasaba? ¿Por que actuaba así? así no podía enfadarme con el! no podía golpearle ni gritarle...al menos no mientras me tratara así. Cerré de nuevo los ojos mientras agarraba su camisa, estremeciéndome cada vez que notaba sus manos debajo de su camisa, mientras trataba de impedir que una pequeña erección se formara en mi miembro, sin mucho éxito.
Busqué con mis labios los suyos, dudando, rozando los suyos ligeramente mientras me contenía. Exhalé mi aliento contra sus labios, buscando palabras para contestarle.
- idiota...- fue todo lo que alcancé a decir.

Sonreí ante su comentario y puse mi mano sobre su hombro. Con un movimiento rápido lo giré haciendo que mirara hacia la pared.Agarré con mis manos las suyas y pase nuestros brazos por delante suya hasta ponerlas en su vientre. Pegamos nuestros cuerpos el uno al otro hasta poder sentir el calor de su carne y empecé a besar su cuello con cuidado.

-Di que no me quieres¡...dilo¡

Sonrió, pero me daba mala espina. No tardó en agarrar mis manos y girarnos. Las colocó sobre mi pecho, y se pegó a mi. Podía percibir su olor, su calor, sus labios por mi cuello. Me estremecí, pero al volver a oír su voz no pude evitar entrar en razón. Me estaba dominando, no lo iba a permitir. Me revolví al tiempo que apretaba la mandíbula.
- Te odio jodido cabrón- dije tratando que sonara de la forma mas seria posible, aunque mi voz aún temblaba un poco.