Al final, me alegré de conocerle, me caía bastante bien y sonreí cuando dijo que me curaría. -Gracias- Le dije por la molestia de curarme. Mi mareo empeoraba y decidí cerrar los ojos, almenos un momento por si se me pasaba ese mareo que no dejaba de empeorar mientras me llevaba en brazos. Esperaba encontrármelo más de una vez, pues comencé a considerarle un amigo y me alegraba hacer amistad. Sentía mi cuerpo cada vez un poco más pesado por el mareo, pero no me alarmé.