Por la naturaleza [Soul y Hotaru]

Me sentía enérgica y quise correr por el bosque.

Estaba en una zona con bastante humedad. Tenia todo un color verde que me gustaba, pues parecía una zona bastante alejada de la ciudad, así me aseguraría de que nadie estaría en el lugar y no me molestaran.

La luna mezclaba sus destellos de luz con las copas de los árboles creando una imagen muy relajante.

Me encantaba correr por el bosque y esquivar los obstáculos hasta que decidí sentarme al pie de un árbol grueso.

Como de costumbre, esa noche era incapaz de dormir, necesitaba despejarme. Así que cogí mi libro y me dirigí al lugar que más me agradaba por las noches, el bosque.

Buscaba un buen lugar para sentarme a leer. No solía haber nadie en un bosque en mitad de la noche, así que podía estar tranquilo por eso, no me gustaba encontrarme a nadie.

Vi un árbol que me pareció lo suficientemente alto como para estar cómodo y fui hacia él, cuál fue mi sorpresa al ver de lejos que había alguien sentado al pie del árbol. Lo miré de lejos, escondido tras un árbol. Parecía una mujer gato, bastante joven, pensé que quizás ya habría percibido mi olor, al igual que yo el suyo, así que me acerqué como si nada, dispuesto a subirme a aquel árbol. Pasé a su lado y la miré intrigado.

-Buenas noches.-Inquirí, casi como una pregunta. Luego empecé a escalar el árbol ágilmente hasta llegar a una de sus ramas, donde me senté y comencé a leer, sin preocuparme demasiado por la gata, aunque ciertamente había levantado mi curiosidad, estando a esas horas en un sitio como aquel.

Mientras estaba sentada, me percaté de que alguien más estaba cerca del lugar. Traté de ignorar esa presencia. Un chico se acercó y parecía que iba a venir al mismo árbol. Cerré los ojos esperando a que no me dijera nada, pero acabó hablando.

Nada más me hablara, abrí los ojos lanzando una mirada algo siniestra esperando a que captara mi mensaje de que no quería a nadie cerca. Allá a donde vaya, siempre me encontraba con alguien ¿Por qué?.

De alguna forma, sentí un cirto interés en el chico, pero cuando subió, solo le seguí un poco con la misma mirada como si me asegurara de que no estuviera cerca de mí y luego traté de resistirme a volver a mirarle, pero no pude y miré hacia arriba disimulando por si acaso me pillaba. Vi que estaba en una rama. "Curioso... yo también suelo subirme a las ramas... ¿Será alguien que sea capaz de aceptarme como me dijo Lere? no creo..." Me dije pensativa y bajé la mirada diciéndome que seguro que no era tan sencillo, mi forma de ser es demasiado dura para que alguien me acepte así como así

No había leído ni una linea y ya estaba que no podía evitar la tentación de volver a mirar hacia abajo. Así que eché una miradita fuera de mi libro y pude ver como aquella chica me estaba mirando. Tenía una mirada bastante curiosa, resultaba cautivadora, aunque era bastante siniestra. Probablemente eso era lo que la hacía cautivadora.

intenté continuar con mi libro, pero no era capaz de asimilar lo que leía, no dejaba de pensar en el interés que sentía por aquella chica tan extraña. Así que lo cerré de un golpe y me descolgué de un salto hacia el suelo, sentándome apoyado en el árbol, en el lado contrario al de ella. No sabía qué hacer, quería hablar con ella pero ¿por qué? si nunca he querido tener contacto con nadie. pero ella...tenía algo. Exhalé una bocanada de aire antes de hablar.

-¿Qué haces aquí sola a estas horas? Si no es indiscreción....-Pregunté, aparentando indiferencia. Mientras hacía como que leía mi libro, a pesar de que ella no podía verme por estar al otro lado del árbol.

Me percaté de que bajó de la rama y me dije que posiblemente se fuera, pero me sorprendí cuando me preguntó aquello.

"Tranquila Hotaru... ¿no quieres agradar? entonces no seas borde" Me dije tras estar a punto de responder de forma grosera. Me intrigaba la sensación de misterio que me daba, casi me gustaba el hecho de haberse ocultado para preguntarme y sonreí un poco, este tampoco era cualquiera.

- Quiero alejarme de la gentuza que suele haber por el día y quiero estar en lugares y horas en las que no cualquiera vendría así como así...- Se denotó bastante odio cuando dije la palabra "gentuza". - Y... al igual que me lo preguntas tú a mí, ¿por qué estas por aquí a estar horas?- Cada vez me divertía más, estaba claro que no era cualquiera. Iba bastante directa mientras hablaba, dejando las cosas claras sin rodeos.

Me reí sonoramente al oír sus palabras, levanté la cabeza, como si así me encontrase más cerca de ella y cerré los ojos-o más bien el ojo-.

-Es digno de admiración que no seas como todos esos borregos de ahí afuera.-Me alegraba de que hubiese alguien que sintiese tanto odio hacia esos seres como yo.-¿Yo? Bueno, es que no puedo dormir casi nunca y me gusta pasear por la noche, sobre todo por bosques y sitios donde pueda rodearme de naturaleza, me gusta huir de la civilización. Supongo que será por mi espíritu de lobo..-Me asqueó un poco eso último. Como si los licántropos no fuesen igual de despreciables que el resto de las razas....

En realidad, prácticamente no me sentía acorde a ninguna raza. Volví a agachar la cabeza, sumiéndome en mis pensamientos, en mis maquinaciones...Probablemente no era sano que sintiese tanto odio, pero no podía evitarlo.

Sus palabras me inundó de interés por el chico.

Sonreí de forma siniestra al saber que no solo yo odiaba a los demás. -Esos solo se dedican a estorbar y meterse con quien puede, me cuesta estar entre ellos.- Justó antes de hablar reí, me hizo gracia el cómo los llamó, y tenía toda la razón.

Cuando empezó a hablar explicando el por qué andaba por aquí, me levanté y comencé a caminar poco a poco mientras le escuchaba. -¿También te gusta pasear de noche?- Dije mientras me dejé ver. Sonreía de forma muy siniestra. -Yo también me alegro... de que no seas como esa escoria... - Le dije mirándole de la misma forma que sonreía. -No suele haber mucha gente que odie al resto... - Añadí algo más interesada, pero también manteniendo mi postura mientras le miraba a los.... me di cuenta de que tenía una venda, lo que me intrigó mucho más todavía, definitivamente, quería conocerle.

Oía como al muchacha se iba acercando. Cerré los ojos-el ojo-para poder escuchar mejor sus pasos entre las hojas secas y la tierra.

Giré la cabeza para mirarla y le dirigí una sonrisa de complicidad ante sus últimas palabras. Dejé el libro a un lado y palmeé el suelo para que se sentara junto a mi. Era muy linda...y también bastante siniestra, no podía dejar de interesarme en ella.

-Mi nombre es Soul, ¿Y el tuyo?-Se presentó con tono amable.

Me senté a su lado cuando me lo indicó con la mano y se presentaba.

-El mío es Hotaru- Me interesaba bastante la venda del ojo.

-¿Por qué tienes el ojo derecho vendado?- Le pregunté curiosa por ello, además, de algo teníamos que hablar ¿no?.

También podría preguntar sobre el libro que leía, eso lo haría más adelante por si acaso el chico ha tenido una experiencia que no le gustara recordar. No quería incomodarle ahora que más o menos estaba consiguiendo un amigo por mi propia cuenta.

No paraba de intrigarme cuando llamó a los demás borregos, preguntándome si también los odia, habían tantas cosas por saber de él, pero tampoco quería preguntar tanto, no quería parecer una de esas que no paran de preguntar, esas sí que yo no las soportaba. Movía un poquito mi cola interesada por él sin parar de mantener mi mirada de forma inquietante.

Me sobresalté ligeramente al oír su pregunta, nadie solía ser tan directo en ese tema.

-Ah...esto...-Dije, rozando la venda con la yema de los dedos.-Nada, un accidente. Perdí el ojo en una pelea, los licántropos son duros de pelar.-Comenté, intentando hacer una broma, pero era incapaz de reírme.Es como una cicatriz de guerra, ¿No?-Intenté bromear de nuevo, pero esta vez mi voz sonó cuanto menos, bromista, más bien algo melancólica.

Miré a la chica de refilón con mi ojo sano, quizás se asustara de estar hablando con alguien al cual le falta un ojo. Así que la miré intrigado, esperando una mala reacción.

Me imaginaba algo así cuando respondió. También dibujé una pequeña sonrisa cuando dijo lo de una cicatriz de guerra, pero me intrigaba que hubiera sonado melancólico. "Puede que a él también lo hayan tratado mal..." Me dije tratando de justificar su tono de voz.

-¿Sueles odiar a la gente?- Tenía que pronunciarlo, entre el cómo se refirió a ellos y la pelea... me da que también odia al mundo como yo.

-Porque yo sí los odio, no solo porque sean razas distintas, también me da asco la que tengo yo, son diferentes en apariencia física pero todos suelen ser igual, solo piensan en sí mismos, estoy harta de eso.- Añadí sin saber porqué y dirigía mi mirada hacia el frente agachando las orejas como si el mundo no tuviera remedio.

Recordé cuando de pequeña contemplaba a las familias felices y luego miraba a mis padres doloridas y suspiré entristecida, como si el mundo me decepcionara. -Siempre apartando a los que no son "iguales a ellos" sin esforzarse a entender al que no quieren aceptar, resumiendo, son todos unos egoístas.- añadí de nuevo hechando un poco la cabeza hacia atrás, luego le miré por unos segundos y sonreí porque algo me decía que él también sentía lo mismo que yo.

De nuevo esa actitud tan directa me hizo reír. Era increíble que alguien consiguiera hacerme sonreír, la miré con una sonrisa mientras hablaba. Me sobresalté un poco cuando me miró, más bien...¿Me avergoncé?

Le desvié la mirada antes de hablarle.

-Sí, supongo que "suelo odiar a la gente.-Me reí de nuevo por esa manera tan directa de decirlo.-Aunque me hace gracia que lo expreses así.-Dirigí mi mirada al frente.-supongo que pensamos parecido. De hecho...eso que has dicho...es exactamente lo que pienso. Son egoístas, discriminan a los que son diferentes...-Tanto mi voz como mi rostro mostraban un tremendo odio. Intenté relajarme, respirando profundamente. Estiré las piernas y eché la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos.-Pero...acabo de descubrir que hay seres que merecen la pena.-La miré, esbozando una sonrisa dulce.

Me alegré muchísimo de que pensara igual que yo, descubrí que ya no era la única. Me di cuenta de la expresión de odio que tenía, y era igual que el que sentía yo. Me dí cuenta de que Lere tenía razón, pero de momento no quería aceptar el hecho de que, por muy igual a mí, me aceptara tan abiertamente.

Cuando le vi sonreír de esa forma, no supe cómo describir lo que sentí. ¿Sorpresa?¿Vergüenza? era la primera vez que sentí algo parecido... tal vez porque nadie me a sonreído así. Cada vez, el pensamiento de que me aceptara iba creciendo, pero aún así yo estaba segura de que ese alguien no aparecería nunca.

No sabía que decir ahora, me sentía un poquito nerviosa, ¿Por qué una simple sonrisa me hacía sentir así? la verdad era bastante mono... "¿Por qué me pongo nerviosa? es solo un chico, un chico que piensa como tú, nada más... tranquila..." Respondí a su sonrisa con otra cerrando los ojos.

-y... ¿Por qué te peleaste?... si no te importuna mi pregunta...- Me sorprendí a mí misma. "¿Qué si no le importuna? ¿Desde cuándo eres así Hotaru? y... ¿y por qué siento tanta curiosidad?" No entendía nada de nada de lo que me pasaba, pero, me sintiera como me sintiera, no quería que el poder hablar con él fuera solo por esta noche...

Esa chica parecía dispuestas a desvelar todo mi pasado en una noche, aunque en realidad no tenía reparos en contárselo, sólo a ella. Aunque no alcanzaba a comprender por qué me hacía sentir tan seguro.

Me quedé mirando la luna un momento, intentando recordar los detalles de aquel día, estaba todo tan confuso en mi cabeza, aunque más o menos tenía la idea.

-Pues...a ver, ¿Por dónde empiezo?-Me moví, sin levantarme del suelo, para colocarme enfrente de la chica. Eché los brazos hacia atrás para apoyarme en mis manos y estiré las piernas hacia los lados, colocando los pies a ambos lados de la chica.

Levanté la cabeza todo lo que pude para mirar las estrellas y empecé a hablar -Veras...Yo soy un licántropo, pero supongo que sabrás que no es habitual en los de mi raza éste físico en forma humana.-Se me empezó a cansar el cuello, así que lo moví hacia delante, mirando a la chica, intrigado por lo que pensaría de un licántropo como yo-El caso es...que era bastante diferente al resto de lobos, así que me trataban algo mal...hasta el punto de verme envuelto en una pelea con uno de ellos.-Desvié la mirada por lo que mi rostro pudiese mostrar en ese momento.-Y bueno...el resumen es que clavó una de sus garras en mi ojo derecho y el resto...es historia.-Volví a mirarla con una sonrisa dulce.-Eres la primera persona a la que le hablo de esto. Nunca quise contárselo a nadie por no preocuparles, además de que aquello es asunto mio.-Mi cara mostró entonces enfado. Aunque resultaba liberador hablar de aquello con alguien.

Me incliné hacia delante. También tenía algunas preguntas para aquella chica y supuse que era el mejor momento para preguntar.

-¿Puedo preguntar...si hay alguna razón por la que tú sientas ese odio hacia los demás?-Intenté mantener su mirada mientras hablase para comprobar su reacción ante la pregunta.

En una situación normal, no me habría importado que me colocaran entre las dos piernas de un chico, pero por algo extraño, sentí un poquito más de nervios. Lo contemplaba sin parar, fijándome en las calaveras que llevaba en la ropa, me gustaba su forma de vestir.

Lo escuchaba atenta. "Tsk... de nuevo los que solo aprecian lo que quieren en vez de lo que importa..." Me dije mosqueada por los que le hicieron eso solo por ser más delgado, lo que importaba era que fuera la misma raza ¿no? pero es increible que le llegaran a hacer eso solo por ser delgado, me sacaba de quicio.

De nuevo me sonrió de forma dulce y comprendía mucho menos el por qué lo trataron así, a mi me parecía un chico genial, pero así de injusta es la sociedad, por desgracia.

Estaba más nerviosa cuando se inclinó hacia delante, era tan mono y estaba tan cerca... me limité a sonreír. - Yo tampoco suelo contar a nadie mi pasado, pero ya que me has contestado a la pregunta...- respondí con la misma sonrisa, pero se quitó para concentrarme en mi pasado, lo malo esque tenía que volver a pasar por todo eso, pero me daba igual.

-Es porque nadie en este mundo me ha apreciado... ni siquiera mis padres me quisieron.- Suspiré y sin darme cuenta, mi mirada comenzó a cobrar dolor.

-Me crié en un entorno oscuro, a mis padres no le importaban nadie, ni siquiera yo les importaba. De pequeña, yo lo que quería es que me apreciaran, veia como las familias se querían pero mis padres me negaban continuamente el afecto que necesitaba. Al criarme en un entorno lleno de odio, no supe relacionarme bien y comenzaron a alejarse de mi solo porque yo soy "rara", lo que me condenó a no tener amistad. Cada vez la soledad crecía en mi interior, no pude más y me escapé de casa tratando de cambiar a cambio de algo de aprecio... pero no pude porque nadie se esfuerza en comprender a una persona. No conocí la amistad en toda mi vida... en este mundo... nadie me aprecia... es como cuando alguien trata de sacar una mancha de la ropa y esta no se va nunca, siempre han estado metiéndose conmigo solo por ser yo misma... sé... que nadie me apreciará en el futuro, lo único que veo es lo que he tenido... ojalá el mundo se hubiera destruido hace tiempo, no es justo que los que siempre han tenido de todo y desprecian muchas cosas y consigan todo el aprecio que les apetezca y a mí que valoro lo que realmente importa... no me den nada, ojalá todos murieran como merecido al egoísmo.- Esperaba que lo entendiera, a medida que hablaba mi mirada era cada vez más oscura y dolorida, revelano las heridas que había en mi interior.

Esa cara, su mirada, ese dolor que se reflejaba...me empezaron a doler en el pecho. Alargué mi mano pretendiendo acariciar su cabeza, pero me frené en seco, el contacto con otros...me resultaba difícil. A pesar de que esa chica tenía algo diferente, me dolía pensar en tocarla. Así que volví a bajar el brazo y desvié la mirada algo dolido, aunque no tenía muy claro por qué.

-Debió ser duro.-Dije mecánicamente. En realidad sentía deseos de abrazar a esa chica, pero algo dentro de mi me lo impedía. estaba empezando a sentir algo por ella...algo que no había sentido nunca. La miré entristecido.

-Siento no poderte ser de más ayuda, pero no soy el tipo de persona que es capaz de ayudar.-En realidad no es que no supiese ayudar, es que mi mente era incapaz de pensar en nada que no fuera...abrazarla, darle cariño...Sólo quería tocarla. La miré cabizbajo, preguntándome si le agradaría mi compañía.

Escuché su disculpa, pero la mano tenía la intención, y solo con eso me bastaba. -Tranquilo, al menos has tenido la intención- Le dije para que no se sintiera mal por no poder hacerlo.

-Tú también lo abrás pasado mal si la pelea fue por aquello... pero aún así, seas como seas, tú eres tú, y nadie te puede sustituir.- Le dije para que vea que yo lo aceptaba solo por ser él, aunque el no lo hiciera conmigo y no se desanimara solo por ser delgado.

Esperaba que mis palabras lo animaran y sonreí de la misma forma que en la que él lo hace conmigo, dulce.

Mi corazón se aceleró con su sonrisa. Era demasiado bonita y además tan buena...y adorable. Me sonrojé un poco y, desviandole la mirada, le hablé en voz baja.

-Hotaru...-La miré de reojo, sin atreverme a decir lo que quería decir, así que no lo dije. Preferí desviar el tema.-Gracias por todo.-Suspiré y me tiré hacia atrás, maldiciéndome a mi mismo por no ser capaz de tocarla, cubriéndome el rostro con los brazos.

Nadie me había agradecido nada en mi vida, era la primera vez que alguien me decía "gracias".

Sentí una gran emoción, no sabía si llorar, saltar, reir, correr... no sabía que hacer. Al final, lo único que pude hacer, fue quedarme quieta mientras le contemplaba.

-Gra...cias...- Repetí en susurro sorprendida y con los ojos bien abiertos. No podía desviar mi mirada de él por mucho que quisiera, como si algo me estuviera congelando. Quería moverme, y quedarme quieta a la vez, como si varios sentimientos se concentraran en uno solo, y todo porque me dijo "gracias".

Me extrañó que no contestase nada, así que me erguí para ver qué ocurría y pude apreciar que me miraba de una forma extraña.

-Hotaru...¿te encuentras bien?-Pregunté algo preocupado, ladeando la cabeza.

-S-sí... esque... nadie me había agradecido... nada... hiciera lo que hiciera, nadie me ha dicho nunca, "gracias"...- Le respondí aún sorprendida por ello de que alguien me hubiera agradecido algo de lo que yo he hecho.

-Perdona si te he preocupado... pero esque nadie me ha dicho eso y me he sorprendido- Añadí ladeando un poco la cabeza para que se me quitara mi cara de sorpresa y sonriera.

Me sorprendió esa confesión, ¿Para tanto había sido algo como dar las gracias? Parecía bastante contenta, lo cual me hizo sonreír. Ella también sonreía, esa sonrisa...me encandilaba. No era capaz de pensar con claridad al mirarla. Me sentía tan confuso ante esos sentimientos, que no sabía bien qué decir. Pero dije lo primero que se me pasó por la cabeza.

-Pues hay que ser muy imbécil para no agradecerte el simple hecho de existir...-Dije en voz baja, casi más para mi que para ella. Al poco rato de decirlo me avergoncé un poco, ¿Qué hacía diciéndole algo como eso a alguien a quien acababa de cono...? Mejor dicho: ¿Qué hacía yo diciéndole algo agradable a nadie? Aún así no era capaz de callarme-Quiero decir...a alguien como tú...Bueno...Es imposible no...Apreciarte...-Me tapé la cara con las manos, echándome hacia delante ¿Qué se suponía que estaba diciendo?

Cada vez me sentía más avergonzado, ya no sabía ni como mirarla, me daban ganas de salir corriendo de allí, no sabía qué hacer...definitivamente, estaba hecho un auténtico lío.

Lo que estaba diciendo no podía creérmelo. -Simple hecho... de existir... - Me dije a mí misma sorprendiéndome mucho más.

Luego me podía creer mucho menos que dijera que era imposible el no apreciarme. Nadie me había dicho esas cosas. Todo mi ser se congelo de emoción, ya no sabía si era alegría o tristeza, pero salió mi lado débil y herido de forma automática al oír eso.

-Pues entonces no entiendo... por qué el mundo me odia, solo por ser yo... - No podía decir otra cosa. Mis ojos se volvieron llorosos por esas cosas que me dijo y resonaban una y otra vez sin parar de cobrar fuerza en mi interior.

No supe por qué, pero lo abracé de forma casi como reflejo, como si le necesitase. Comenzaron a brotar lágrimas de mis ojos de forma muy abuntante.

-¿Por qué nadie me quiere en este mundo?¿Por qué ni siquiera mis padres me quisieron?¿Por qué?- Pregunté casi gritando cerrando los ojos con fuerza y abrazada a él, cada vez un poco más fuerte, haciendo notar la falta de afecto que había en mi vida, realmente le necesitaba, si desaparecía después de lo que me había dicho, no podía ni pensar, en la inmensa oscuridad que se crearía en mí.

Levanté la cara para mirarla mientras hablaba. Me sentí tremendamente culpable por haberla hecho llorar. Intenté buscar la forma de animarla cuando me sorprendió abrazándome. Me quedé totalmente bloqueado, mientras miraba su cabecita y sus indas orejas. Dejé los brazos un poco extendidos a los lados, para no tocarla.

Cuando terminó de hablar me relajé un poco. Esa chica necesitaba cariño, al igual que yo, pero yo no sabía bien como dárselo. La abracé con cautela, acercando mis brazos poco a poco a ella. Cuando la estuve abrazando totalmente, me di cuenta de que no era tan terrible el contacto y me relajé por completo. Comencé a acariciarle el cabello, intentando no tocar sus orejas por si pudiera molestarle.

-Eso es porque los seres que viven en este mundo no saben apreciar algo tan hermoso.-Cerré los ojos y le brindé un pequeño beso sobre la cabeza, entre sus lindas orejitas, mientras posaba una de mis manos sobre su cintura, rodeándola con un brazo, mientras la otra continuaba acariciando su oscuro pelo.-Son tan estúpidos que no ven lo...-Me aclaré la garganta para continuar. A pesar de que intentaba mantenerme seguro mientras hablaba, me ponía algo nervioso decir ese tipo de cosas...o, más bien, me daba un poco de corte.-...Maravillosa que eres.-A pesar de mis intentos por mantenerme firme, se me quebró un poco la voz.

Mantenía los ojos cerrados incluso mientras sentía su mano acariciándome el pelo.

Me sorprendí de nuevo que dijera "apreciar algo tan hermoso". Sentí el beso y sentía que me derretía, me dí cuenta, de que esto era lo que realmente me hacía falta.

Me sentía feliz y a la vez ganas de desahogarme. Lo seguí escuchando y dio un vuelco mi corazón cuando dijo que yo era maravillosa.

De la alegría que sentí, levanté mi cabeza para mirarle a los ojos, u ojo, con los míos acompañados de lágrimas. Mi expresión ya lo decía todo, no me creía de verdad que alguien me dijera esas cosas que tanto anhelaba mi interior.

Al final quedé abrazada a él mientras lo miraba. No podía articular palabra y cada vez, le necesitaba más, no podía inaginar que solo hablaría con él esta noche, tenía miedo de no volverle a ver nunca más. Quería decirselo, que no se alejara, pero no hacía falta, ya mi mirada le rogaba que no se alejara sin darme cuenta, ya le decía lo importante que me resultaba mientras mi cuerpo comenzó a temblar por el miedo a perderle