Paseo Nocturno(Lere y Hotaru)

Era un día nublado, de esos que te apetece salir a ver el panorama, a ver la noche en todo su esplendor, y no me iba a quedar con las ganas. Salí a dar un paseo por el bosque. Me convertí en murciélago y me dirigí hasta allí.

Cuando llegué me colgué de una rama boca abajo y cerré los ojos dejándome balancear por la brisa.

Me encantaba pasear de noche en bosques donde nadie suele venir. Me encantaba por el aspecto que tiene, y la tranquilidad que me proporcionaba y sin nadie a que me mirase mal. Agité un poco la cabeza para que el viento soplara entre mi cabello para sentir una sensación de libertad. Desde el suelo no se veía nada especial, por lo que decidí subirme a los árboles para ver el paisaje, que para mí, era uno de los mejores que pueden haber. Me senté en una rama dejando que el viento me calmara, era un gran consuelo para mí, lo único que me calmaba de verdad dejando que mi imaginación vuele a placer. Deseaba que el bosque estuviera rodeado de muerte. Cerré los ojos para que en mi mente se apareciera esa imagen mientras sonreía.

Noté cómo alguien se subía al árbol en el que estaba yo... en mi misma rama... ¡en mi mismo sitio! Se sentó encima de mis pies, haciéndome un daño atroz y lo único que pude hacer fue soltar un grito ahogado y mover mis pies de forma que pude soltarme y caer hasta abajo en picado.

Me levanté, y fui volando hasta la rama donde estaba aquella "personita" que me había tirado.

-Bueno qué, ¿estás cómoda?- la dije con desprecio... Me quedé volando enfrente suya a ver si se quitaba o no.

Estaba disfrutando de lo que mi mente me daba hasta que la voz de una chica norró mi imagen.Abrí los ojos frunciendo el ceño y mirándo con desprecio al murciélago de que me hablaba. Luego sonreí doblando un poco la cabeza. -Pues sí, muchas gracias por preocuparte.- Sabía mi que ese murcielago se había cabreado conmigo, pero le respondí de una forma para fastidiar más todavía como si me divirtiera con su cabreo, me encantaba fastidiar, pues el resto del mundo me fastidiaba a mí. Movía mi cola de forma que se notara que me divertía. -Y si no te importa, me gustaría estar... so-la- Le dejé muy claro amenazando con mi mirada mientras mantenía la sonrisa como advertencia de que no jugara conmigo, o sería yo quien jugara con ese murciélago.

Me estaba empezando a cabrear la niñata esa. Mejor sería que no jugara conmigo...

-Mira gatita, - la dije mientras me convertía en mi forma normal y me quedaba a su lado encima de la rama sacudiéndome la tierra que s eme había acoplado en la caída- ya te estás yendo de mi sitio... ¿no te vale con aplastarme, que quieres cabrearme más de lo que estoy?-la dije pensando que no se había dado cuenta de que se había sentado encima de mi.- Si no quieres salir mal parada será mejor que te vayas...- me molestaba demasiado que me interrumpieran... sobre todo si luego me venían con ese plan de pasota total.

La escuché pacientemente mientras seguía moviendo la cola y cerraba los ojos entretenida. Estuve unos segundos en silencio y me reí un poco. -Pues ya ves que no he tenido suficiente con aplastarte, si pudiera, hubiera hecho más daño, es una pena que no supiera que estabas ahí... además.... a MI... - Mi rostro, a medida que hablaba se iba poniendo serio y frío. -Nadie me ordena nada, este sitio es de todos, ¿no? pues ya te estas aguantando- Le dije con mucho desprecio, harta de que siempre haya alguien que fastidie, ahora resulta que hasta en los lugares que me gustan hay alguien que fastidie mis mejores momentos. Mi colgante comenzó a brillar para prepararme por si acabábamos peleando. Paré mi cola mientras la desafiaba con la mirada, preparándome por si atacaba, que esa era la reacción típica de los que fastidiaban los mejores momentos.

Estaba descubriendo a personas que no había tenido el placer de conocer en toda mi vida en Aiwe... la verdad... aunque fuera una niña mal criada, me caía bien, era bastante bestia, y su mirada y su sonrisa eran sádicas y macabras.

Me senté totalmente relajada apoyada en el tronco del árbol con las piernas cruzadas en dirección hacia ella y los brazos por detrás de la cabeza sujetándomela, pero con aire chulo y provocador. Me resultaba bastante divertida esa situación, por fin encontraba alguien con quien jugar. Volví mi mirada y mi sonrisa macabra hacia ella.

-Ya ves, si es de todos... pues aquí me quedo, ¿no?- después de decir eso solté una carcajada que sonó bastante siniestra, la verdad.

Me quedé bastante confusa, lo normal es que la gente que fastidiaba, solía acabar intentando pegarme, al menos un puñetazo, pero ella, reaccionó de forma diferente. La miré confusa unos segundos después de que dijera eso y desvié mi mirada hacia el paisaje. -Puedes quedarte todo lo que quieras- Trataba de concentrarme en el paisaje, pero de alguna forma, sentía curiosidad por ella. Escuché su macabra carcajada y me gustó. Por un momento, se me pasó por mi mente que posiblemente ella sea igual que yo, nadie había reído así, al menos que haya conocido... hasta ahora. La volví a mirar sonriendo. -Veo que no eres cualquiera, si lo fueras, me habrías pegado, como todos los vulgares, o quedarte cortada como las "dulces"- esa última palabra lo dije con desprecio. La miré interesada por unos instantes y quise saber algo mirando de nuevo el paisaje.-¿Te gusta este lugar? a mi me encanta porque te aleja de la muchedumbre que suele interrumpir en todo, a parte, que tiene un toque siniestro, ¿no?-

Parece ser que se tranquilizó después de que yo hiciera eso... Me quedé observándola a ver cual era su reacción, y sí, fue la que yo esperaba, empezó a hablarme normal, sin querer pegarme ni dejarme para el arrastre.

-Esque YO no soy cualquiera- la dije con aires de superioridad, y riéndome, pero a la vez preocupándome por lo que había dicho de que la pegaban... tal vez... por eso estaba así conmigo al principio...

Miré al paisaje y era muy tétrico... la verdad es que si me gustaba.

-Es maravilloso, tendría que haber más así. Por cierto, me llamo Lere- seguía en mi posición anterior.

No me equivocaba, me sorprendí bastante encontrar a alguien que también le gustara esto.-Yo soy Hotaru, al fin puedo decir "encantada"- Mi curiosidad aumentó un poco más. -La gente que conocí siempre a sido vulgar y a nadie le gusta esto, al fin he conocido a alguien que sabe apreciar la verdadera belleza- Contesté hechando mi cabeza un poco hacia atrás, y al fin estaba a gusto con alguien. "Me pregunto si coincidiremos otras veces... ¿Qué te pasa? hasta ahora has estado bien sin necesidad de compañía de alguien... supongo que será porque no me esperaba a que alguien fuera igual que yo... da igual lo que piense, seguro que volveré a mi solitaria y aburrida vida..." Me quedé pensando mientras suspiré. Lo mejor era no encariñarme con nadie y traté de no darle importancia a todo el asunto.

Había conocido a alguien con quien podía ser yo misma, siempre había tenido que cambiar algo para que me aceptaran... esta sensación era maravillosa...

-Encantada- me senté a su lado, pero tampoco muy cerca, aún no me podía fiar de ella... alomejor tenía algo que ver con el tema de las peleas.

-Y.. bueno... ¿qué te trae por aquí? -dije después de un rato sin entablar conversación, se la veía pensativa...

-Pues... tanta escoria por la ciudad... me cansa y decidí venir aquí, para alegarme de esa muchedumbre aburrida y rutinaria.- Comencé a lamentar haberla hecho daño, algo que nunca me había pasado antes. -Escucha, nunca me he lamentado de lo que he hecho, aún si hice daño o no, esa escoria se lo merece, pero me intrigas porque eres la primera en hacer que me lamente en haber hecho daño, y no me gusta lamentarme, espero que no me vuelva a pasar más- Dije de forma seca un tanto incómoda por haberme lamentado y decir eso, pero me hacía falta, me hacía sentir mal. -Pero bueno, vamos a dejarnos de malos rollos, ya que yo solo tengo eso, ¿y a tí que te trae por aquí?- Quise preguntarle para desviar la conversación de la lamentación, no quería hablar de ello, demostrando que en realidad tenía buenos sentimientos, pero sin intención, lo demostré sin darme cuenta

La verdad era que Hotaru era más siniestra que yo... ¡nunca había conocido a alguien así! Pero se veía que en el fondo tenía su coraconcito, y cada vez se la notaba más agusto allí con mi compañía...

-Tranquilan no te disculpes... Bueno, pues me apetecía ver la noche, quería ver este paisaje nublado y oscuro... quería relajarme un poco, y lo estaba hasta que me has aplastado-dije riéndome a la vez que miraba a todas partes para ver el bosque.

Me hizo gracia cuando dijo lo del final y me reí también. Entonces comencé a mover un poco las piernas y mi cola. -¿No crees que le falta algo al bosque? antes de que me hablaras, me estaba imaginando el bosque tal y como és... pero lleno de cadáveres, los había en todas partes en la imagen que creé en mi mente... y ahora se me acaba de ocurrir que en medio de tanta escoria muerta, estuviera yo, manchada de sangre de arriba a bajo, sonriendo orgullosa.... si... ojalá fuera verdad.... - Al decir eso, parecía que mi mirada brillara en ansias de que aquello fuera realidad y comencé a reir de forma en que muchísima maldad, se haya concentrado en mi expresión y forma de reir. Al parar contemple el cielo sonriendo todavía con maldad en mi mirada. -Eso es lo único que se merece la escoria del mundo... y además, que todos aquellos, hubieran sufrido terriblemente hasta morir, sería la noche perfecta si alguna vez llega... - Hable medio suspirando, deseando que una noche así, llegara alguna vez. Luego la miré y sonreí tranquilamente, creyendo que ella pensaría lo mismo.

En cuanto empezó a hablar me asusté... ¿Sería una asesina en serie? Me alejé un poco por si acaso... aunque no lo parecía... seguramente era así por lo que me contó antes de que la pegaban, habría sufrido mucho antaño. Pero la verdad, había gente que se lo merecía. Enserio, esta chica estaba sacando lo peor de mi...

-La verdad... sí que estaría bien que algunas personas terminaran así, en medio de este bosque...- dije acordándome de mi pasado y sonriendo maliciosamente- Pero es mejor dejar lo del pasado y centrarse en el presente, Lere... donde la gente te "quiere" por decir algo o simplemente te soporta... Nunca has tenido esto, ahora que lo tienes ¡cuidalo!- dije entre susurros.

La estaba mirando cuando habló, pero me intrigó el susurro. Lo escuché. Mi rostro se volvió inexpresivo mientras miré el horizonte, dejando que el aire todavía agitara un poco mi cabello, sobretodo el flequillo. -Yo pienso... que todos se lo merecen... amistad... la amistad solo es para perder el tiempo... todo el mundo siempre tiene algún "amigo" o considera a los padres las personas más importantes... no entiendo como se les puede apreciar, al menos a mí, nadie en este mundo a decidido dedicarse al menos un poco por mí, ni siquiera los que me dieron la vida, los que se llaman, mis padres, nunca entenderé la amistad... solo sirve para hacerte blanda, y encima mirándome mal, y cuando opino, siempre recurren a la violencia... ojalá aquel demonio que se reveló hace tiempo contra el mundo.... ojalá hubiera acabado lo que empezó, ojalá... lo hubiera destruido- A medida que comencé a hablar, se notaba más mi dolor, pero a la vez, aumentaba mi odio al mundo. -El mundo en sí, es pura escoria- Tuve deseos de comenzara realizar una masacre, pero no podía hacer nada. Al final traté de relajarme. -Conclusión, el mundo debe ser destruido, eso es lo que pienso, y hasta ahora, a sido siempre mi deseo- Eso último lo dejé bien claro, no quería andarme con rodeos contando mi pasado, pensando que el mundo entero merece sufrir, cuanto más mejor.

Cuando empezó a decir eso me llené de ira, mis ojos se tornaron sangrientos... no tenía derecho a decir eso. Entonces exploté, me puse de pie y empecé a gritar.

-No todo el mundo se merece lo que tú estás diciendo, hay personas buenas que hacen el bien, que ayudan a la gente. La amistad sirve para que te apoyen el los buenos y malos momentos, los buenos amigos no te critica, lo contrario, te alaban o simplemente te soportan, que ya es decir, mira, soportarme a mi no es fácil, y aún así, hay gente que lo consigue, gente que por una vez en mi vida me toma en cuenta, gente que no sale huyendo cada vez que me acerco, gente que no me quiere solo por mi cuerpo, gente que me llama para hablar...- los ojos se me llenaron de lágrimas, y cada vez gritaba más- Y no te metas en los temas familiares, si tú nunca has tenido una familia que te quisiera no es culpa de los demás... y si, al menos, tienes una familia tienes que aprovecharla y apreciarla, porque hay personas que no tienen... personas que no tienen familia desde muy pequeñas porque sus padres murieron asesinados delante de sus ojos-- esto último se lo dije pensando en mi, las lágrimas me caían por las mejillas- Sólamente porque tú no tengas una vida feliz no tienes derecho para intentar quitársela a los demás, no tienes derecho a desearlo, ni siquiera a pensarlo.

Cada vez me costaba más respirar, me apoyé en el tronco del árbol... menos mal que la rama era bastante gorda, sino me caía. No sabía como iba a reaccionar después de mi discursito, pero yo me quedé llorando a moco tendido y recordando mi pasado...mi oscuro pasado...

Para ella era fácil decir esas cosas tan bonitas que deseé tener yo. Lo que dijo me dolía, porque ella al menos ahora ya tenía a alguien, pero yo todavía no. -Al menos, has tenido padres que sí te querían, por muy oscuro que fuera tu pasado, ahora tienes a gente que te puede apoyar, pero en cambio yo...vaya a donde vaya, solo he conseguido malas miradas y palabras de desprecio... nuncahe tenido a nadie... de verdad, ¿crees justo, que los demás sean felices... y que las personas felices... me nieguen como si yo... no significara nada? no sabes... qué es estar sin amor...- Me resultaba increíble que me hiciera llorar. -Todas esas cosas bonitas que dices... es lo que yo he estado buscando, pero el propio mundo, ha hecho que yo piense así... puede que estuvieras sola, pero ahora estás acompañada... en cambio... yo... hasta alguien sádico tiene amigos... hasta alguien sádico tiene compañía y amor... dime... por qué soy la única que no tiene a nadie... soy sádica... y sigo sin nadie... solo yo y nadie más. Los quieres porque te quisieron, pero yo que he sido rechazada hasta por mis padres, siempre he deseado tener unos padres buenos, que me quisieran y nadie en el mundo me quiere.... nadie.... - Cada vez mis palabras fueron llenándose más y más de dolor. Acabé abrazándome a mí misma mientras sentía que mi cuerpo comenzó a temblar. -Al menos ahora te quieren- Entonces abrí los ojos de golpe y me bajé del árbol de un simple salto. En el suelo traté de calmarme y al final resultó que esa chica no era nada igual a mí. Esa chica hizo que floreciera todo mi dolor. En el suelo, me senté al pié del árbol, apoyándome en él, pensando en todas las personas que tienen a alguien. Entonces miré a mi alrededor y a mí me faltaba todo eso, todo el mundo tiene a alguien... menos yo. Me abracé a mí misma, acurrucada en el pié del árbol.

La chica lo había pasado realmente mal... pero si seguía con esa actitud lo más probable era que siguiera sola.

-Sí, había tenido padres que me querían.... durante 11 míseros años, ¿y cuántos tengo ahora? 238 años, ya casi ni me acuerdo de ellos, eso es muchísimo sufrimiento para una persona...- llorando la gritaba mientras ella lo hacía a mi, me paré a escucharla... el problema es que nunca se había relacionado bien con nadie, y cuando lo había hecho sólo se había llevado palos y desprecios- ¡Si no fueras tan!... ¡tan!...- no me salía la palabra- ¡tan antisocial! ¡Tan pesimista! ¡Tan que le importa un pito la vida de los demás! Tendrías más amigos, más personas que te quieren, más gente a tu alrededor, no sería todo tan tétrico y solitario.- Bajé al suelo y me senté a su lado, yo tenía lágrimas en los ojos, por su culpa había recordado viejos momentos. Me puse las manos en los ojos y me sequé las lágrimas.

Escuchaba sus gritos, pero yo era como era, deseaba el fin del mundo porque nadie se paró un momento a pensar en que a lo mejor lo pasé mal, solo esa chica sabía mi pasado. No quería admitir que nadie me quería, estaba segurísima de ello, y tener que cambiar solo porque los demás te piden como tienes que ser, me parecía algo patético. Yo soy como soy, los demás me dicen que tengo que ser de tal forma, si acabara así, acabaría siendo alguien falso, como "ellos dicen" y eso es algo que no quería. Se puso a mi lado, pero no supe si mirarla o no. Yo era así de siniestra porque así aprendí de mis padres porque ellos vivían así también. "Si yo no hubiera crecido en aquel entorno... quizá sería y pensaría de forma diferente... pero no es así, a cada uno le toca lo que le toca y se acabó" Me dije acurrucada.

No dijo nada, la vi pensativa y triste, pero a la vez enfadada. Parecía que había removido cosas que ella no quería que salieran a la luz, pero lo hecho hecho está y no hay vuelta atrás. De repente sentí compasión por ella, comprendí que su furia eran heridas del pasado, heridas que no habían cerrado, y si seguía en ese plan... nunca lo harían.

-Escucha... perdóname por lo que te he dicho, estaba enfadada y...bueno, no me controlo,, y, además, tú no tienes la culpa de nada- seguía un poco cabreada, pero aún así la quería consolar, y la comprendía.- No te lamentes por cosas de antaño, Hotaru, mira hacia el futuro y el presente y no tengas en cuenta lo que te pudo ocurrir en el pasado.- La abracé sin saber si la iba a gustar o no, pero, por lo menos a mi, me iba a desahogar, aunque sólo fuera un poco.

Por un momento, me sentía inmóvil. Era la primera vez en mi vida que alguien se disculpaba, pero si lo pensaba bien, aunque no me gustara admitir lo que dijo anteriormente, también era obvio que se enfadara, pero aún así, se disculpó. Escuché sobre lo que dijo del presente, pero mi presente era estar siempre sola, si no tenía a nadie con quién apoyarme, ¿cómo se puede cambiar todo eso?. También me sorprendió que me abrazara. Mis ojos estaban abiertos a más no poder, ¿realmente me estaba abrazando? Cerré los ojos y me abracé a ella con fuerza. -Me encantaría tener un futuro y un presente diferente pero... solo veo soledad y más soledad... la soledad crea odio... ya me crié con odio a mi alrededor... alguien que se cría odiando acaba odiando... ¿cómo puedo cambiar... el futuro de soledad... si no tengo a nadie... a quién recurrir?- Acabé hipando viendo la soledad que cada vez se hacía más y más grande a medida que yo crezco. En realidad, me veía desamparada a merced de la soledad. Al final ya no podía ni hablar, acababa de salir a la luz mi verdadera yo, llena de heridas que no se podían curar. Me dí cuenta en este instante, que mi yo lleno de odio era para proteger mi verdadero yo. Comencé a temer que ella se alejara, ¿era esto a lo que ella se refería a lo de la amistad? me estaba escuchando y ayudando y me dí cuenta de la gran importancia de la amistad, pero creo un profundo dolor de mí, algo tan importante, y que yo no tenía, ¿Por qué carecía de esto y por qué nadie se molestó en pensar que mi comportamiento fuera el desencadenamiento de pura soledad en el pasado? me sentía como si nunca hubiera tenido padres, tanta falta me hicieron y tan lejos estaban de mí y este mismo dolor, el ver como todas las familias se querían y a mí no, fue la causa de mi huida, no podía seguir viviendo en ese infierno.

Me respondió al abrazo, y la verdad es..que me sorprendió, me esparaba otra reacción, gritándome o apartándome de su lado de un empujón, pero no esa... Empezó a desahogarse, y yo la abrazaba cada vez con más fuerza al oir sus palabras.

-Me tienes a mi- dije con una sonrisa y apartándola de mis brazos para que me mirara a la cara- no seré gran cosa pero... por algo hay que empezar.- ahora más que nunca sentía mis palabras de odio hacia ella. En realidad era buena chica... pero se escondía tras una cortina de humo muy densa...

La observé atenta tras oír que la tenía a ella, después de todo lo que nos hemos dicho. Quise preguntar si era verdad, pero no supe qué decir.

Me sequé las lágrimas, aunque fue inútil porque cayeron nuevas. -Siento... haber sido tan ruda... - Esta disculpa sí me nació de mi interior agaché la cabeza y las orejas, admitiendo mi error. -[color=crimson]Siento ser... como soy... [/solor]- Seguí diciendo, pues ella tenía razón desde el principio, gracias a ella, entendí que si alguien quiere ser querida, tiene que esforzarse para serlo y recordé cuando dijo que la soportan.

-He sido una estúpida-

Observé cómo se disculpaba, cómo agachaba la cabeza y las orejas, cómo secaba sus lágrimas y volvían a resurgir de sus ojos. Y cuando escuché sus palabras me enfadé conmigo misma, me enfadé por mis palabras, y me di cuenta de que no tenía ningún derecho a decirlas.

-Olvida todo lo que te he dicho.- le dije todo lo seria que pude- Olvídalo, no quiero que lo recuerdes nunca. Nunca sientas como eres, tú eres como eres, y eres perfecta a tu manera. Nunca dejes que digan lo contrario.-la levanté la cabeza- Nunca te infravalores, sé tú misma y no dejes que la opinión de los demás influya en tí. Olvida mis comentarios de antes y sigue tu vida como la quieras seguir, no me obedezcas, ni a mi, ni a nadie, sólo escucha a tu corazón y a tu mente, no necesitas nada más.-Mis lágrimas fueron aumentando por momentos, ya no parará de llorar hasta llegar a mi casa y dormirme... y aun así, creo que en sueños seguiría llorando por haberle hecho daño a Hotaru.