Paseo Nocturno(Lere y Hotaru)

-No te disculpes- Le dije en seguida.

-Lo único que has hecho ha sido abrir mis ojos, y sí, debo cambiar un poquito mi manera de ser... si quiero ser apreciada de una vez- Aún con lágrimas, sonreí.

-Me alegro muchísimo de haberte conocido, si no fuera por tus palabras... no sé donde estaría... parece ser que con tus amigos te controlas... creo que eso mismo debo aprender yo...- Le decía esto porque a parte de ser verdad, también era para que vea que, por mucho daño que hubiera hecho, es la pura verdad.

-Lere, eran o tus palabras... o un destino mucho más cruel...-

-No tienes por qué cambiar, Hotaru... si la gente no te quiere por lo que eres... no te merecen, esa es la pura verdad. No hace falta que cambies, seguro que hay gente que te querrá simplemente por lo que eres, no por lo que aparentas ser...-algo me decía que la tenía que ayudar a integrarse...

-Mira, toda mi vida ha sido dura, vagando sin rumbo, cometiendo delitos, vendiéndome... solamente para conseguir dinero para poder comer. Mis padres fueron asesinados cuando yo solamente tenía 11 años, llevo 227 años sin verles... y al llegar aquí he conocido a unas personas maravillosas, que me aceptan, que me soportan... seguro que tú también lo consigues siendo tal y como eres, no te preocupes- la dije sonriendo.

-¿De verdad crees que gente me querrá siento tan sádica?- Le pregunté confusa, pero más que eso, como si me llenara de ilusión sabiendo que ese alguien está ahí y me aceptará.

Escuhé lo que me dijo. Lo que más me llegó fue lo de sus padres, y yo hablando mal de todos... -Siempre me he preguntado... por qué... los míos no me quisieron, como todos los padres quieren a sus hijos... por qué.... a pesar de tener padre y madre... no sé qué se siente cuando recibes calor de ellos... - Entonces miré a Lere de nuevo con mi cuerpo medio temblando. ¿Por qué yo?-

En esa última pregunta, mi voz sonó débil, y pocos segundos después, cerré los ojos mientras nuevas lágrimas brotaron. -Yo solo quería aunque sea... un poquito de amor pero... ni... ni eso... - Comencé a hipar de nuevo

-Seguramente a alguien le parezcas graciosa-dije riéndome y en plan de broma, y seguí escuchádola atentamente.

Se lamentaba demasiado por el tema de su familia... ¡normal! perder a tus padres es duro, pero que no te quieran... no sé qué era peor... al menos yo les vi morir sabiendo que me querían y que nunca me abandonaría, pero ella... es demasiado sufrimiento para solo una persona.

-No te culpes por eso, son cosas del destino, tu no podías hacer nada. A veces somos demasiado crueles con nuestros congéneres... No remuevas hechos del pasado, déjalo estar, mira lo que tienes y lo que puedes conseguir ahora... si es necesario te llevo hasta el fin del mundo. - Me había propuesto ayudarla... y lo iba a hacer, me negaba a que alguien sufriera tanto... y encima por mi culpa, yo era la que se lo había recordado todo, yo era la que tenía la culpa de que ahora estuviera llorando e hipando. Me abalancé sobre ella dándola un abrazo lo más fuerte que pude y acariciándola las orejas a ver si se tranquilizaba.

La escuchaba y de nuevo tenía razón, no pude evitar nada y lo único que podía hacer ahora era guardar silencio.

De nuevo la abracé cuando trató de calmarme. Estuve a punto de gritar para sacar todo lo que había acumulado en todos mis años de vida y que no pude desechar, pero cuando me acarició las orejas, todo el peso que quería liberar gritando, se fue en un segundo como si se tratara de magia.

-Gracias... por no dejarme sola como todos hacen... gracias... eres la primera que se preocupa por mí... - Era lo único que podía decir. No sabía cómo expresar mi gratitud, ya no estaba sola. Poco a poco me fui calmando.

-Si te hice daño antes... lo siento... soy así de dura porque, muchas personas se aprovechan de alguien cuando se está débil sentimental mente. Me volví así... para proteger lo que verdaderamente siento... no quería que nadie más me hiciera daño y que, si alguna vez tengo algún amigo, este sepa sacar lo que verdaderamente siento... - Entonces me puse derecha sonriendo. -Gracias por calmar mi interior, al fin he conocido a alguien que ha sabido tratarme.- Dejé de llorar, sería algo tonto si continuaba y sonreí de forma amable torciendo un poco la cabeza.

En cuanto la acaricié las orejas se calmó, cada vez estaba más agusto con mi presencia, y eso me agradaba... mis lágrimas seguían corriendo por mi cara como si fuera una catarata... no soportaba ver a la gente en esa situación...

-No hace falta que te disculpes... yo tampoco esque haya estado muy... fina... y lo siento si te causé dolor... pero... es mi método de defensa.- Me erguí junto a ella y vi que sus lágrimas cesaban, intenté hacer yo lo mismo, pero no funcionaba, seguía pareciendo una fuente, sus palabras, aunque no lo quisiera, me emocionaban. - No, gracias a ti que has sabido soportarme...-la dije acariciándola la mejilla y quitándole algún que otro resto de lágrimas.

Sonreí cuando dijo que la soporté.

-Bueno, tú también me has soportado a mí.- Era la verdad, al igual que yo a ella, aunque no hacía mucho esfuerzo para aceptarla, ya la veía perfecta y era bueno decir las cosas que uno cree a la cara. Algo no podía cambiar, antes estaba ciega y si no fuera por ella, seguiría estándolo.

Al igual que ella secaba los restos que han dejado mis lágrimas, yo también secaba los suyos, ambas nos calmábamos entre nosotras, me hacía feliz que al menos en el mundo ya me a aceptado tal y como soy, solo necesitaba eso, para poder creer en mí misma y aprender a sonreír de verdad

Me empezó a secar mis lágrimas, y, como pude, dejé de llorar. Me resultaba extraño que una persona, que me ha conocido de verdad, no salga huyendo despavorida y muy asustada. No sabía qué decir ni cómo reaccionar, bajé la cabeza y me puse el pelo tras las orejas...

Se me ocurrió que podría presentarle a alguien.. pero a quién... tampoco conocía a mucha gente, pero a los que conocía eran maravillosos... no sé, ya nos encontraríamos a alguien.

-Y, bueno... ¿quieres que vayamos a algún sitio? Podría presentarte a alguien... o enseñarte lugares...

La escuché y mi pareció buena idea su propuesta.

-Claro, por algo tengo que empezar para tener una nueva vida, sin odio general- Me propuse a partir de ahora esa meta, empezar de cero y no ser tan dura, debería mostrar mi interior más a menudo, puede que estuviera equivocada antes y la manera de estar acompañada sea mostrando como me siento realmente.

Sonreí cuando respondí y me coloqué de pie sintiendo una inmensa alegría. "Sí... si la amistad hace esto, que te sientas así... estaba equivocada... pensé que solo te ralentizaba y daba problemas pero... ahora lo sé realmente... me voy a esforzar al máximo" Me dije decidida.

Aceptó mi idea y sonrió a la vez que lo decía, eso me dio plena libertad para llevarla a cualquier lado... pero la verdad ya era demasiado tarde y seguramente no habría nadie por la calle...

-Creo que a estas horas no habrá mucha gente... si quieres lo intentamos o vamos a mi casa a ver una peli y ya mañana lo vemos. Sólo si quieres, si no, pues ya mañana quedamos en un sitio.- No estaba segura de que fuera a aceptar lo e ir a mi casa así que la di otras opciones... ¡más vale prevenir que curar!

Me quedé pensando en las propuestas que me daba. Todas me gustaban.

-Pues, lo que creas más convenientes, todas me parecen bien- Acabé respondiendo, por si ella prefería algo y de ser así ella estaría cómoda, yo solo quería empezar por algo.

Esperaba tranquila su respuesta, pues no había ninguna prisa en irse de este magnífico lugar.

Hotaru parecía bastante indecisa... no quería elegir yo la opción, pero elegí la más lógica ya que, a estas horas, pasear por cualquier lugar podría ser bastante peligroso.

-Mira, si vamos a mi casa mejor que mejor, es peligroso andar por la calle a estas horas...- se lo dije con una medio sonrisa, medio cara de preocupación.

La veía dispuesta a integrarse, y eso me gustó, pero me arrepentía mucho de todas aquellas cosas que la había dicho momentos antes.

Acepté sonriendo con la esperanza de que ahora en adelante las cosas cambiaran en mi vida.

Esperé a que se levantara y me guiara hacia donde se encontrara su casa, agradeciendo de tener al fin una amiga a quien acudir siempre que la necesitara.

Comencé a preguntarme como sería su casa y cómo sería la zona en donde ella vive. ¿Sería una donde pasa bastante gente o una donde apenas frecuenta las personas? comencé a sentir curiosidad y algo de nervios por estar en casa de otra persona, nunca me habían invitado

Aceptó mi invitación y yo me sentí... bien. No pensaba que fuera a hacerlo.

Con una sonrisa me levanté y la empecé a guiar hasta mi casa, no era muy grande ni muy bonita, pero servía para dormir, lo único que me apetecía en esos momentos.

-Te aviso que no es muy lujosa- la dije con una sonrisa, y salimos del bosque en dirección a mi casa.

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