Yendo a buscar a Jack (Privado jacqueline, Ookami)

No podía dejar de pensar en ella, necesitaba verla y decirle lo que sentía...y pedirle perdón por lo que le hice.

Me dirigí al hospital para buscarla, no sabía a qué hora saldría, ni siquiera sabía con seguridad si estaba allí, pero fue lo único que se me ocurrió.

Me quedé fuera del hospital, buscándola con la mirada, esperando tener la suerte de encontrármela.

Me levanté pensando en Ookami y lo sucedido hacía pocos días.Aún estaba cabreada con ella...como me pudo tratar así,me pregunté incontables veces en toda la mañana.No lo entendía.

Me preparé como todas las mañanas un café para tomármelo por el camino,mientras me iba vistiendo en mi habitación. Pantalones largos negros,camisa blanca con corbata negra y mis típicas gafas.Cogí mi maletín y me empecé a caminar hacia el hospital.

En la entrada de él,pude distinguir a alguien...era Ookami¡. Que hacía allí? aún no lo entendía. Intenté pasar al interior del hospital sin que me viera.

Justo cuando empezaba a desistir, allí estaba, parecía que entraba a trabajar. "Qué suerte", pensé. No parecía haberme visto, así que corrí hacia ella y la abracé por la espalda.

-¡Hooola pequeñita mía!-La saludé con efusividad, estaba muy contenta de poder abrazarla, así que me quedé un rato así, sin soltarla.

Casi en la puerta del hospital noté como alguien me abrazaba por la espalda. Era ella¡,ahora que casi lo había conseguido...El abrazo que me dio hizo que me sintiera bien,protegida y cálida...pero todavía no había olvidado lo que me había hecho.

-Déjame¡...no quiero hablar contigo,me has hecho mucho daño...-dije mientras me intentaba soltar-Tengo que ir a trabajar¡

Me entristecí con sus palabras, tenía razón, le había hecho daño, pero estaba allí para enmendarlo. La liberé de mi abrazo para coger su mano y girarla hacia mi, Me puse de rodillas enfrente de ella con rostro serio y me abracé a ella.

-Lo siento, sé que te he hecho daño, pero...he puesto mis ideas en orden y por eso he venido a verte.-La solté y me levanté para mirarla a los ojos, acaricié su mejila con mi mano para que ella también me mirara.-Te quiero Jacqueline, te quiero...y siento no haber sido capaz de decírtelo antes.-Deseé besarla con toda mi alma, pero preferí esperar a su respuesta, no quería volver a meter la pata.

Me dijo...que...que...me quería...y era exactamente lo que yo quería. Me acerqué a sus labios y le dí un pequeño beso en sus labios que me supieron a gloria.

Me separé de ella unos metros y me dirigí hacia la entrada del hospital.

-No...nos vemos luego...ahora tengo que ir a trabajar.-dije mientras seguía andando hacia dentro. Me giré y le hice un pequeño gesto a Ookami en modo de despedida mientras sonría.

Sonreí ampliamente ante su beso, pero se fue sin decirme gran cosa, cosa que no me gustó nada. Así que corrí tras ella y, antes de que entrara al hospital, la cogí de la cintura, agarré su nuca y le di un pequeño beso, simplemente posé mis labios sobre los suyos, pero me quedé así durante un rato. Luego me separé de ella lentamente, mirándola a los ojos mientras sonreía.

-Muy bien, te esperaré aquí mismo.-Le dije mientras la soltaba del todo y luego me fui a sentarme a algún lugar por allí cerca.

No pude quitarme de la cabeza a Ookami en toda la jornada de trabajo y por fin,llegada la noche,salí de allí. Menos mal que al día siguiente libraba y no tendría que ir a trabajar. Afuera del hospital ya,me desabroché la corbata con una mano y empecé a mirar por los alrededores a ver si la veía.

Allí estaba,esperando en un banco cerca del hospital. Me acerqué por su espalda con cuidado para que no se diera cuenta y empecé a darle pequeños besos en el cuello,para que notara mi presencia.

-Te perdono...porque yo también te quiero

Me asusté un poco al sentir como alguien se me acercaba por detrás, nunca me imaginé que haría algo así, era absolutamente adorable. La miré desde el banco incrédula, realmente no esperaba ese recibimiento. Me levanté y fui hacia ella, comencé a acariciarle el pelo mientras la miraba a los ojos, me moría de ganas de besarla, pero antes debía secuestrarla.

-Joder Jack, ¿Cómo puedes ser tan irresistible?-Le dije resistiendo el impulso de poseerla allí mismo, la cogí en volandas sin esfuerzo ninguno y me la llevé, tal cual, hacia mi casa.