De nuevo aquella playa (privado Emily, Zack)

Emily y Zack se dirigieron hacia aquella playa donde, hacía tan solo un par de días, se habían conocido. Emily se giró para colocarse enfrente de él, le soltó la mano para quitarse los zapatos, los dejó en la arena y luego volvió a mirarle de frente, cogiéndole ambas manos.

-Listo, ahora estamos a la misma altura.-Le dijo sonriente.-Me gusta que el chico sea más alto.-Añadió cautelosa, intentando no ofenderle de alguna forma.-Bueno, ahora te toca a ti contarme tu vida.-Recogió sus zapatos y comenzó a andar hacia la orilla, cogiendo a Zack de la mano, para sentarse por allí.

Llegamos lentamente andando por la arena. Quería sentir de nuevo la arena en mis pies, por lo que me quité las botas, quedandome a escasos centimetros más alta que ella. Reí levemente cuando me dijo eso: Pequeño pero matón. Era de familia ser tan bajito, mi padre era... más o menos así de alto también. La cogí cariñosamente de la mano, acariciandoselo con el pulgar mientras andabamos. Entonces pensé por donde empezar.

-Es bastante larga... así te resumire, y si tienes alguna duda sobre algo que no haya dicho, o no especificado, o falta de desarrollo, me lo dices, vale? jeje.- Le dije con una cansada sonrisa, de esas que te dan después de un duro día. -Empecemos pues...- Dije antes de respirar hondo y empezar a hablar.

-Vivía en el 'hospitalario' hogar de la mayoría de los demonios de clase alta, por así llamarlos. No era muy feliz con la forma de ser de mi gente, y... me mató que todos se fueran con ese hombre (el malo malote que no me acuerdo del nombre) solo por matar. Yo tuve que ir... para no deshonrar mi familia. Era alquimista, bueno, lo sigo siendo. Forje a Icingdeath yo mismo, mi espada parlante jeje.- Dije haciendo una pausa, a ver si quería que siguiese.

Llegados a un punto cercanos a la orilla, Emily se sentó en la arena esperando que Zack hiciese lo mismo.

-Wow, es impresionante. Continua, por favor.-Le dijo intrigada, mientras le miraba, esperando que se sentara a su lado. Zack debía ser uno de esos demonios viejísimos, no sabía su edad pero le daba miedo preguntar y, en realidad, tampoco es que le importase demasiado, así que prefirió no saberlo por el momento.

-Como usted desee, jeje.- Dije antes de seguir. Me senté a su lado con una sonrisa y, mirando al horizonte y al, ya mismo caer, ocaso... seguí hablando. -No solía pelear en las primeras lineas, solía quedarme atrás para no dañar a nadie... pero llego un momento, cuando este Hombre empezo a perder, cuando fue derrotado... las lineas de los rebeldes, de los que luchqaban contra él, avanzaron hasta mi puesto.- Tomé un respiro y seguí.

-Un elfo, el nombre del cual nunca olvidare... entabló una lucha conmigo. Al parecer no era de mi altura, y no tarde mucho en ganarle, ya que antes era mucho más poderoso. Bueno, lo que hizo fue... justo cuando le maté, hacer un conjuro. Sacrifico su vida, ya que iba a morir igualmente, a arrebatarme la mía, aborber mi alma. Pero fijate cuan poderoso era para que aún me quedase alma y poder para seguri viviendo.-

Le dije sin alterarción en mi rostro, pero pasé mucho miedo... creía fallecer, pero no... maldito Lairdrages!! Maldigo tu familia!! No le hice nada... no quería pelear... el se lo busco... aunque eso me entristecia. Me quedé callado, recordando esa batalla en el que casí dejo la vida y a Incingdeath...

Emily escuchó preocupada la historia de Zack, cuando dejó de hablar se dejó caer apoyándose en su hombro derecho, cogió con ternura la mano izquierda del chico y comenzó a jugar con ella, siguiendo las lineas que se dibujaban en ella con los dedos. Podría haber muerto, podría no haberle conocido, era lo único que Emily era capaz de pensar en aquel momento.

-Qué bien...que estás aquí.-Dijo con aire distraído, hablando más para ella misma que para el chico, sin dejar de jugar con su mano mientras la miraba, pero sin verla realmente.

Luego se espabiló un poco y miró a Zack con dulzura, sin sonreír pero sin tristeza en sus ojos, sino simplemente amor.

-¿Sabes? Aún no dejo de sorprenderme cuando oigo a a la gente hablar de que estuvieron en aquella batalla, que ocurrió hace tantísimo tiempo...Bueno, yo debo ser una de las elfas más jóvenes que hay ahora mismo en Aiwe y...me resulta tan raro todo eso...Porque, en fin, incluso mis padres tienen ahora mismo más de 200 años y...Me intimida un poco.-Se quedó mirando entonces al horizonte, mientras disfrutada del contacto con el demonio.

Asentí, le comprendía. -No era bonito, pero por desgracia... era inevitable eso. Yo... no se muy bien cuantos años tengo, pero rondan los 700, y... nunca he visto a un demonio tan parecido a mi. Todos, sin pesar, matarían a todo ser simplemente por diversión, sin falta de recompensa... pero yo si lo pedí, aunque mi riqueza no valía la pena por tantos muertos... ese hombre... dudo que este muerto. Era tan poderoso y... puff, todo se fue al trastero. Pienso... y temo... una cosa.- Le empece a decir, mientras le abrazaba.

-No quiero joder la cita, ni tampoco asustarte... pero... creo que este hombre cayó, para que nos confiasemos. O sea, bajasemos la guardia. Volvera a surgir, sino me equivoco...- Dije pensando en ese combate entre el elfo de la familia Lairdrages y yo. Era en una colina nevada, en una ventisca, cerca del castillo del gran y todo poderoso 'malote'.

Emily empezó a cansarse de hablar de algo tan deprimente -ese chico se preocupaba demasiado- y decidió animar la tarde.

Se arrimó sugerentemente a Zack, mirándole con ojitos tiernos y rozándole suavemente la mano con sus dedos.

-¿Sabes? No creo que pase nada por bajar la guardia ahora mismo-Fue subiendo las caricias desde su mano hasta su cuello, pasando por su pecho y llegando a su pelo, donde se quedó jugueteando con él.-¿No te apetece olvidarte un poco de todo? Al menos por ahora...-Dijo sensualmente, mientras se acercaba a sus labios para darle un pequeño y suave beso. Se separó lentamente, quedándose a pocos centímetros de sus labios.

Sino fuese por que Icingdeath me acaba de leer la mente, y no hubiese visto que soy gilipollas, habría hecho algo estupido. Menos mal que me grito... << NO TE LO PIENSES DOS VECES, TIRATELA TIRATELA!!!!>> Que sútil my friend. Bueno, me dí cuenta de sus intenciones, algo exageradas, gracias a mi espada parlante. Entonces, sabiendo esto, correspondí como pude.

Le bese con dulzura y le dije. -Sí, creo que sí podría hacerlo...- Le bese a ella más que ella a mi, cogiendole la barbilla y la nuca, atrayendola hacia mi. Cerraba los ojos del gusto al notar su lengua jugando con la mía. Era extrañamente placentero estos los besos... ¿Quién lo diría?

Emily le siguió el beso emocionada, le divertía el ímpetu que había empezado a mostrar de repente, teniendo en cuenta lo inocente que le había parecido. Le iba despeinando a propósito mientras jugueteaba con su lengua, no le gustaba tanto orden, ni siquiera en el cabello.

Se separó de él con una sonrisa alegre, mirándole fijamente a los ojos. Luego miró hacia delante, pudiendo ver un paisaje similar al del día que se conocieron. Se apoyó en su hombro sin dejar de mirar al frente, pudiendo ver como el sol se iba escondiendo al crepúsculo y cómo caía la noche, que pronto traería con ella esa hermosa luna que tanto le gustaba.

-Nos vamos a quedar a oscuras de nuevo.-Dijo riendo, refiriéndose a la tarde que se conocieron.

[[OFF ROl: ¿Cuándo es mi primera misión? :3]]

Deje que se apoyase en mi hombro, sonrei levemente mientras le acariciaba el pelo, y la oreja eque no tenía sobre mi hombro. Aunque no venía a cuento, sentía como mi poder crecía mientras la luna florecia y el sol se despedía. Pronto... mi poder volverá, la oscuridad... a todo sucumbirá. Cualquier cabrón que se me meta en medio o intente dañarnos, Recibirá de este puño de sombras. Pronto... no solos demonios, sino mi preciado Gran G, mi mascota. Y mi título volverá a pertenecerme... Rey de la noche, El Nox King.

Dejando esa parte sádica a parte, reí levemente y mire el ocaso con una sonrisa... entre feliz y algo siniestra. -Lo recuerdo como si fuese ayer... bueno, ante de ayer jeje. hmmm... me apetece bañarme, me acompañas?- Le pregunté antes de hacer nada. Aunque me estaba preparando para quitarme el traje.

(Perdon, pero no tengo mucha inspiración u.u ....)

[Off Roll: Hay que esperar a que todo el mundo termine sus combates^^ paciencia xD]

Emily lo miró algo intrigada. No hacía precisamente calor como para bañarse, aunque claro, él era un demonio, obviamente no sentiría frío. Aún temiendo congelarse al meterse en el agua, sonrió ante la idea de bañarse bajo al luz de la luna. Abrió la boca para aceptar la oferta, cuando se percató de otro problema, no tenía un bañador.

-Pero...bañarnos...No...Yo no tengo bañador...-Dijo, inusualmente tímida, mientras jugaba con su pelo, intentando no mirar a los ojos al demonio, por la idea que se le había pasado por la cabeza. Aunque quizás se trataba de eso...de bañarse sin bañador...es decir...

Emily se sonrojó como nunca al pensar en aquello, agachó la cabeza intentando que Zack no pudiese ver su rubor, nunca había estado tan nerviosa.

[[OFF ROL: Ok, perdon xP]]

Me miro como si eso fuese un problema. Yo tampoco tenía. Reí levemente y me levante, levantandola a ella tambien. -Tranquila!!- dije desnudandome inocentemente y fui a proponerle de la misma forma. -Bañemonos desnu...- entonces, desnudo sin miedo delante suya, Icingdeath me gritó. << Que haces gilipollas???!!! Dile que se bañe con ropa, o ropa interior como mucho, pero no desnudos!!! Vistete hombre, que le mataras a la mujer!!!>> Entonces, me quedé pillado.

Rápidamente me puse mis boxers, super incomodos por cierto, y le dije avergonzado. -Perdon... quería decir con la ropa...- Aunque ya era muy tarde para arreglarlo. Los demenios solían ser grandes, fuertes y... bueno, lo que es un demonio. Yo era una excepcion, pequeño, aunque tonificado, no más fuerte que cualquier otro (bueno, eso en mi modo normal, cuando me transformaba era un demonio normal).

Bueno, a lo que iba, que eramos grandes, y yo era una excepcion, pero solo porque podía hacerme más pequeño y cambiar de apariencia, sellado mi forma verdadera en un cuerpo. Pero todo cambiaba menos una cosa... pero eso ella no lo desubrira del todo bien hasta... bueno, al parecer... dentor de poco.

Emily se dejó levantar por el chico, mirándolo intrigada, esperando a ver qué se disponía a hacer. Se tapó la cara, pero no los ojos, al ver como el chico empezaba a desvestirse. Lo miró atónita, completamente desnudo enfrente de ella, como si nada.

En cierto modo le encantaba esa inocencia, empezó a reírse al ver como el chico cambiaba de parecer. Aún con los boxers, estaba muy sexy. A Emily le había dado una especie de ataque de risa por la actitud del chico. Respiró hondo, intentando tranquilizarse y se acercó a él.

-No te preocupes. Creo que es culpa mía por ver la desnudez como algo erótico, supongo que es por que...es lo que esta sociedad nos ha inculcado, ¿no?-Aún no había terminado de reírse del todo mientras decía aquello, pero comenzó a quitarse su propia ropa, quedándose únicamente con su conjunto negro de lencería. Con una sonrisa, cogió la mano del chico para llevarlo hasta el agua.

-Bueno, vamos.-Dijo, con firmeza.

Emily soltó la mano del chico poco antes de tocar el agua y se introdujo en ella con rapidez, puesto que estaba helada y sabía que si lo hacía despacio no sería capaz. Finalmente se zambulló de pleno en el mar, cual sirena. Luego emergió y comenzó a hacer señas al chico, divertida, para que se acercara a donde ella se encontraba.

Ella se empezó a reir y no mejoraba la situación. Me esperé callado a que dijiera algo y... me dijo que era algo erótico. No sé si se refiría a mi (que si lo era, gracias), o simplemente que era un hecho. Pero yo pensaba que no lo era, hasta que la ví semidesnuda. Antes de que se quitase la ropa por completo, le dije en voz baja y... algo tímido... como un niñito pequeño y humano. -Es que... te lo creas o no, en mi plano de existencia, la mayoría de los demonios van naturales, o si eso, armadura... por si las peleas.- le dije.

Entonces, trague saliva al verla con su ropa interior. Me llevo hasta la orilla y me arrastro faiclmente, ya que aun estaba con la boca abierta. Y notando como... bueno, la bestia salía de su jaula, me zambulli en el agua para que no se notasé. Era algo nuevo... nunca había sentido esto. Los humanos... como podian vivir con ello?

Me acerque a ella sonriendo de nuevo, y abrazandola por la cintura, para darle de mi calor, ya que yo no tenía nada de frío. -bonita noche para un baño, no crees?- Le pregunte besandole el cuello repetidas veces.

Emily sonrió cuando fue abrazada por el muchacho. Soltaba risitas mientras el chico besaba su cuello, dejándose hacer con gusto.

-Absolutamente perfecta.-Le dijo, intentando disimular su tiritar. Abrazó a Zack, colocando sus brazos alrededor del cuello de éste, mientras rodeaba con cuidado la cintura del chico con sus piernas. Se abrazo con fuerza al chico, intentando calmar el frío que sentía, empleando el calor corporal del demonio.

Luego apartó su cuerpo un poco para mirar al chico. Luego tendré que ponerme la ropa sin ropa interior", se le pasó por la cabeza, sin saber por qué., mientras miraba a los ojos del chico con una sonrisa cálida. Cerró los ojos para besarle, con pasión, jugueteando con su lengua, de forma sensual. Todo hay que decirlo, de forma erótica, mientras acariciaba la parte superior de la espalda del chico con una mano, mientras la otra recorría su cabello.

El agua les alcanzaba un poco por debajo del pecho y Emily sentía bastante frío, aunque intentaba olvidarse de él, concentrándose en besar a zack.

La abracé fuertemente y la intenté calentar. Ví como no funcionaba muy bien, por lo que desprendí algo de mi energia para calentarla. Esto si que funcionó. El agua a nuestro alrededor se calento considerablemente, hasta conseguir la temperatura de 24 Cº. Entonces, podia seguir como antes.

Correspondía patosamente a sus besos, y creo que no lo hacía del todo mal, entonces, instinctivamente mi mano bajo a su trasero, el cual apreté ligeramente con mi mano derecha. No me dí cuenta nunca de eso, ya que seguia mi corazón y lo que quería.

-Te quiero...- Pude decir entre beso y beso.

Emily soltó un pequeño gemido cuando Zack agarró su trasero, abrazándose con más fuerza a él, a su vez. Ya casi no tenía frío, gracias al calor del demonio, aparte del hecho de no poder evitar comenzar a excitarse con la situación.

Sonrió mientras continuaba besando al chico cuando escuchó sus palabras, ni siquiera abrió los ojos, simplemente lo besaba lentamente, de forma dulce.

-Yo también te quiero...-Le dijo, mirándole finalmente a los ojos, separándose un poco de sus labios.-Pero me estás provocando mucho, si seguimos así...-Dijo, escondiendo la cara en su hombro, con voz frustrada.

Probablemente él no entendería a qué se refería, pero ella tampoco quería ir tan deprisa, así que prefería que no lo entendiera. Suspiró exageradamente, dándole un pequeño mordisco en el cuello al demonio.

-Eres malo....-Dijo, sin separar los labios del cuello del chico, en voz baja.

-Am... lo siento... ni te entiendo, ni era mi intencion ser malo... perdona..- Dije, al parecer, habiendo tomandomelo enserio. Me sentía algo avergonzado, y aunque no entendia nada, me pare a simplemente abrazarla. Sentía sus mordiscos, los cuales me hacían algo de cosquiellas.

-Te apetece nadar o algo...? Pregunté sonriente, mientras la besaba la cabeza, y acariciaba la espalda con la mano izquierda. La derecha estaba en su culo, si, pero simplemente sujetandola, para que no se me fuese de las manos.

-Hace una noche muy tranquila para nadar, o cualquier otra cosa...- Dije mirando a las estrellas, las cuales me parecian... bueno, no tan bonitas al lado de Emily.

La chica escapó de los brazos del demonio, cual grácil pececito, alejándose apenas medio metro de él.

-Nadar, me parece buena idea.-Dijo juguetona, hasta que volvió a sentir el frío del mar, recordando entonces porque se había sentido tan cálida cerca del demonio, aparte de lo obvio. Dio un salto hasta Zack cuando ya no pudo soportar más el frío, abrazándose a él con tanta fuerza que casi podría parecer que quería asfixiarlo, pegando su torso al de él con fuerza.

Cuando empezó a sentir algo de calor lo soltó un poco y cogió las manos del demonio con las suyas propias, sonriéndole con dulzura.

-Qué frío, será mejor que no me aleje mucho de ti.-Comentó con una pequeña risilla.-¿Qué te apetece hacer a ti?-Le preguntó, puesto que no podría separarse mucho de él.