Tomando unas cañas. (Libre)

Me acerqué a ese bar porque tenía la garganta seca. Me senté en una mesa y al acercarse el camarero le pedí una cerveza, me miró mal y me preguntó mi edad, ya que yo aparentaba 17 se quedó sorprendido al descubrir mis años y creo que no se lo había creído, pero no estaba dispuesto a perder dinero, así que me lo trajo y junto con la cerveza unas patatas fritas de bolsa.

En aquel bar hacía un poco de frio porque la puerta estaba abierta, así que cruzé las piernas y junté los hombros al cuello para notarlo menos.

Calec, tras haber terminado el siguiente capítulo de su novela, decidió darse un respiro. Pero ya que era de noche y estaba cansado, no le apetecía demasiado caminar hasta un bosque ni nada similar y, por primera vez, decidió ver como era aquello de los pubs nocturnos.

Se adentró en uno que parecía poco concurrido, cuando vio que una hermosa muchacha estaba sentada en una de las mesas, le parecía familiar pero no podía verla con claridad, así que se acercó a la barra, pidió un whisky con hielo y se fue hacia la muchacha.

Y cuando estaba a punto de saludarla con su típico "hola preciosa", la olfateó, era su olor, ese olor que reconocía, que se incrustó en su ropa hacía apenas unos días.

-Lere..-Dijo en voz baja, al lado de la muchacha.

Me sobresalté al oir mi nombre y casi me caigo de la silla hacia atrás, pero por suerte una camarera pasaba justo por detrás y pudo amortiguar mi caida haciéndome volver a mi sitio..aunque a ella se le cayera toda la bandeja con los vasos. Me levanté de la silla sin percatarme de quien había dicho mi nombre y la ayudé a la camarera a recoger todo lo del suelo. Cuando terminé (que fue pronto) miré hacia donde había escuchado mi nombre y me alegre al ver aquella figura. Me acerqué muy rápido y le di un abrazo muy fuerte.

-¡¡Calec!! ¡Estaba deseando verte! ¿Qué tal estás?

Calec observó divertido el estropicio que estaba armando la vampiresa, luego respondió a su abrazo con una tierna sonrisa.

-Qué...-torpe, basta, descuidada...no se le ocurría nada mejor que decir-desastre eres...-Acabó diciendo, con una voz tan dulce, que parecía que le había soltado el halago más bonito del mundo.-Yo también tenía ganas de verte, pequeña.-Le dijo, pequeña, ni si quiera sabía que edad tenía y no era mucho más alto que ella y, mucho menos, con los tacones, aún así, era pequeña. Se apartó un poco de ella y le acarició la cabeza-¿Qué haces aquí solita?

Me agradó volver a oir su voz, era tan dulce...

-Pues nada, aquí, me apetecía beber algo-le sonreí. ¿y tú? Bueno espera, siéntate...¿quieres tomar algo?-al decir esto y mirarle la mano me sentí estúpida ya que tenía un vaso de whisky,me senté y me ruboricé- Ems....bueno no he dicho nada...¿qué te trae por aquí?

Notó como miraba su copa y sonrió cálidamente ante su ofrecimiento.

-Sí, estoy servido.-Bromeó. Se sentó en una silla cerca de Lere y le dio el primer sorbo a su Whisky.-Pues simplemente buscaba algún lugar para relajarme, necesitaba salir de casa y olvidarme del trabajo por un momento.-Contó mientras agitaba su copa delicadamente y bebió otro sorbo.-Oye...¿Has vuelto a recibir una de esas cartas?-Preguntó con precaución.

Bebí un trago bastante largo de mi cerveza y me comí una patata...

-Sí, he vuelto a recibir otra carta...me estoy hartando ya de todo esto, ¿quién será el que lo organiza? y...¿para qué? esas preguntas están siempre en mi mente... ¿Y a ti te han mandado otra carta?- Bebí otro trago de cerveza, y con éste se quedó a la mitad

Así que ella también había recibido más cartas, aquello no cesaba, Calec se quedó pensativo, mirando al infinito mientras daba pequeños sorbos a su whisky.

-Yo también he recibido más cartas...-Dijo tranquilamente antes de beber otro trago.-¿puedo?-Le preguntó sonriente, refiriéndose a las patatas.-De nuevo tuve que luchar contra una hermosa chica.-Dijo con frustración, aunque aquel "hermosa" no era sincero, puesto que no era capaz de pensar en una chica de esa forma, pero sabía cuando una muchacha era linda.-Y tu combate...¿cómo fue? ¿te hicieron daño?-Preguntó con autentica preocupación.

Asentí con la cabeza refiriéndome a las patatas.

Así que él también había recibido más cartas...era de esperar, pero ¿por qué estábamos recibiendo esas cosas? Ni idea....Pasaban 100 cosas por mi mente en ese instante.

-Puf...pues mi combate fue bastante.....extraño, me esquivaba todo y era bastante fuerte con una especie de plantas que salían de las sombras...¡¡Fue con un hombre-gato!! Pero parecía..no sé...como si me odiara, ¿sabes? Su mirada contra mi era de ouna mezcla entre repulsión y odio...como si antes le hubiera hecho algo, no sé...

"Otro hombre gato", pensó mientras se llevaba una patata a la boca. Le resultó bastante extraño que un hombre gato sintiese odio hacia los vampiros, al fin y al cabo su naturaleza era ser sus mascotas, por así decirlo.

Probablemente se crease un vínculo entre vampiro y gato al compartir la "mascota" sangre con su "amo", que fue seguramente lo que ocurrió entre Lere y Calec. Llegado a este punto, Calec empezó a darle vueltas...¿ entonces era como la mascota de Lere? ¿por eso sentía que debía protegerla? El caso es que había empezado a sentir bastante afecto por aquella vampiresa sin ninguna razón aparente, así que era bastante probable.

En fin, debía resignarse, de todas formas sentía cariño por aquella chica y no podía remediarlo así que, si debía ser su mascota protectora, lo sería.

Entonces Calec se dio cuenta de que se había pasado un buen rato sin decir nada y mirando fijamente la mesa. Miró a Lere de nuevo.

-Pues no sé quién podría odiarte.-Dijo taciturno, dándole otro trago a su Whisky.-¿Te importa que fume?-Le preguntó a la muchacha, tras haber sacado uno de sus pitillos, colocárselo en los labios y estar a punto de encenderlo.

Su comentario me sacó una sonrisa... casi nadie me apreciaba, todos me tenían miedo por mi aspecto, mis colmillos, o simplemente mi personalidad... No sé, no soy de agrado de todo el mundo.

Me preguntó si podía fumar... yo no soportaba el humo y no pude aguantarme una cara de asco que casi ni se notó porque solamente duró una milésima de segundo ya que no quería molestarle ni que me cogiera manía.

-¡¡Claro que puedes fumar!!- le dije con una sonrisa intentándo disimular lo de antes- Y...bueno...¿qué es de tu vida? ¿Tienes pareja o algo?

Calec percibió que no estaba demasiado conforme con el hecho de que fumara, pero no podía huir del vicio. Así que lo encendió, le dio una calada y lo apagó en su cenicero (además, tampoco estaba muy seguro de que allí se pudiese fumar). Le dio otro pequeño sorbo a su copa y apoyó los brazos en la mesa, mirando a la muchacha, preparado para responder a sus dudas sobre su vida.

-Pues...soy escritor, vivo solo, como habrás podido comprobar, tengo 26 años,-aunque no los aparente-mi vicio es el tabaco...-Enumeró uno por uno todos los datos sobre él que se le iban viniendo a la mente, hasta que llegó a aquel que le había preguntado, "¿tienes pareja?" aunque no le avergonzaba contarle algo como eso a aquella chica, le fastidiaba tener que admitir aquello, que se había enamorado ¡y de un hombre!

-Y...bueno ¿tengo pareja? sí, supongo que se podría llamar así...-Dijo con dejadez mientras miraba su copa, agitándola un poco. Luego miró a la chica sonriente, pero de forma maliciosa, aunque amigable, sin duda.-¿Y tú? Háblame de ti, quiero conocerte.

Bebí un pequeño sorbo de mi cerveza y apoyé mi barbilla sobre mis brazos que estaban encima de la mesa con los puños cerrados; con mirada de expectación le observé.

¿Cómo que se podría llamar así? Tendrá pareja o sólo un rollo...no lo sé, pero parecía que le incomodaba, así que no indagué más en ese tema y decidí responder a su pregunta...pero yo no era nada interesante, no tenía nada que contar.

-¿Yo? Pues no hay mucho que contar, la verdad... No trabajo, me gusta bastante vaguear... y... ¿cuántos años me echas? Pocos, ¿no? Pues tengo 238... ya lo sé, soy muy vieja ja, ja y me encantan los "gatitos" como tú - bromeé y me reí a la vez que decía eso.

Calec se echó hacia atrás, arrastrando un poco la silla, al oír su edad y se sonrojó por su comentario sobre los "gatitos".

-Oh, wow, ¿y en todo ese tiempo no has vivido nada interesante? no puede ser.-Dijo, algo más tranquilo después del sobresalto, inclinándose de nuevo hacia delante y colocándose en la misma posición que la muchacha. De nuevo, surgió su vena seductora.-¿Y una chica tan hermosa como tú no quiere hacer nada en su vida? ¿no te interesa la rama artística, o hacer de modelo?-Le preguntó, con tono seductor, mientras le acariciaba la barbilla y sonreía, de nuevo, maliciosamente.-Yo estaría encantado de retratarte...en un personaje para mis novelas, por supuesto.

Al decirle mi edad se sobresaltó y no pude evitar una carcajada.

Interesante no mucho, pero cosas innombrables, oscuras, tenebrosas que no estoy orgullosa de ellas si. Pero mejor dejar ese tema para otro día pensé.

De repente su mirada se volvió seductora, y su voz igual, me asusté un poco, ya que, se supone, que tenía pareja o algo así. Decidí apartar su mano de mi barbilla y cerré los ojos durante un segundo.

-¿Artista? ¿Modelo? Ese mundo no es para mi- susurré mientras cogía una patata frita y me la comía- ¿En serio me retratarías? Te aviso que no querrás conocer mi vida... demasiado sufrimiento, dolor y oscuridad...

Sonrió con malicia al ser apartado, a pesar de querer protegerla, no podía evitar querer jugar con las mujeres. Aún así apartó la mano de ella y la colocó en la mesa junto a la otra, por un momento se preocupó de lo que podría pensar Salazar de aquello, de aquella afición, así que cambió su rostro y se puso serio.

-Bueno, algo como eso daría para una gran novela, ¿no crees?-Dijo taciturno, mirando su copa mientras la agitaba.-De todas formas, esa belleza que posees...no deberías desperdiciarla, esa belleza propia de un vampiro...

Al apartarle la mano puso una cara de preocupación, y yo no pude evitar poner otra. ¿Que la había desperdiciado? Mi belleza me había ayudado en los peores momentos... siempre la he aprovechado al máximo.

-Y... ¿qué se supone que debería hacer con mi belleza Gran Sabedor?-le pregunté sin esperar respuesta y me reí- Además, de lo que he hecho en mi vida no estoy demasiado orgullosa, no sé si debería contártelo, no sé si podría- mi cara pasó de alegría a pavor, mi pasado no es algo que se deba contar a la ligera, y mucho menos a una persona como Calec, él lo podría escribir en una novela y todo el mundo lo sabría... no era seguro.

La miró preocupado, esa chica debía haber tenido muchos problemas.

-Pero lo importante no es lo que hayas hecho o te haya ocurrido, sino lo que eres capaz de hacer ahora o en el futuro.-Le dijo con ternura.-Además, no tienes que contarme nada que no quieras, sólo hablaba de que esa belleza debía ser plasmada de alguna forma.

¿Plasmar mi beleza? Había otras muchísmo más guapas que yo, además, era un vampiro, todos los vampiros tenemos una belleza especial, aunque su comentario me alegró y me hizo olvidarme un poco de aquel tema.

- Te agradezco el consejo, pero mi belleza es la típica de un vampiro, hay muchas y muchos como yo, no tengo nada en especial... Además, ¿para qué serviría? Si al final todo el mundo se olvida de ti... no sé, yo de esos temas no entiendo.

Supongo que fue por mi cama, fría sin él. O por el silencio de la casa, sin sus ronroneos o quejas. O simplemente porque le echaba de menos. Pero el caso, es que esa noche me dispuse a buscarle yo a él, en vez de al revés. Porque, si me fijaba en encuentros anteriores, siempre había sido él quien había venido a mi.

Escogí unos vaqueros simples, un cinturón negro con una hebilla de una rosa espinada, y una camisa blanca, fina pero resistente por si tenía que ir al bosque a buscarle. Que no me extrañaría, siendo él. Reí suavemente, al tiempo que salía por la puerta y empezaba a localizar su rastro.

Poco a poco, su suave aroma me llevó a un pub, al que entré con media sonrisa. No me esperaba esto de él, pero me gustaba. Lo ví en un taburete de la barra, al lado de... ¿una vampiresa? Sin necesidad de esforzarme mucho, oí lo que decían en mitad del barullo.

- Creo que deberías de creerle, el no suele poner tanto énfasis en la belleza de nadie-. Le sonreí a la muchacha, apareciendo por la espalda del pequeño. No supe si él quería ligar con ella, por lo que tan sólo le saludé a él con un guiño invitador a que me saludara él a mi.

Entonces alguien habló a la espalda del hombre gato, era una voz...y un olor familiar, se giró y vio allí al ángel, no esperaba encontrárselo tan cerca así que se levantó de un salto de la silla.

-Qué susto me has dado.-Dijo, sinceramente asustado. Luego se dio cuenta de la situación, él estaba ahí y Lere también estaba ahí, ¿qué debía hacer? ¿Saludarle como él hizo en el mirador? ¿Delante de Lere? Miró a la chica y luego al ángel de nuevo, estaba ahí y, en realidad, lo había echado de menos. Miró una vez más a la chica fugazmente, antes de acercarse al ángel para otorgarle un beso en los labios, no demasiado corto pero tampoco demasiado largo.-¿Qué haces aquí?

Un ángel apareció, era altísimo y bastante guapo, su comentario me sacó una sonrisa bastante amplia.

-¡Gracias!-me sonrojé, se me notaba demasiado y me tapé un poco con el pelo.

Mi asombro llegó cuando Calec se lavantó de un salto y le besó en los labios a aquel ángel, los ojos se me abrieron como platos y me quedé mirándoles... ¿por qué Calec no me había dicho nada? No sé si le daba vergüenza o qué, pero bueno... era su vida.

Me levanté y me puse junto a Calec, aunque un poco más retrasada que él, muy vergonzosa por la situación en la que me encontraba le saludé con la mano y diciendo "Hola" con los labios.

Sentí que lo asusté de verdad, y justo cuando iba a disculparme por la intromisión dado que veía cómo el lindo gatito intercalaba miradas entre la chica y yo mismo; Calec me otorgó un beso. Cerré los ojos para corresponderle y me olvide del resto por unos segundos, que me supieron a paraíso.

- Buscarte, pequeño- respondi cuando me dejó respirar, mientras le acariciaba la cabecita sonriendole tiernaménte- pero si así lo deseas, puedo marcharme y buscarte en otra ocasión.

Aún que esperaba la respuesta de mi lindo gatito, pensé que sería demasiado descortes por mi parte no dirigirle a la belleza vampirica que acompañaba a Calec el más mínimo saludo. Por lo que le dediqué una cálida sonrisa acompañada de una leve reverencia con la mano sobre el corazón, recordando que al muchachito que tenía delicadamente sujeto por la cintura le ponían celoso mis besos en mano ajena.

Calec se ruborizó ligeramente al oír aquello, había ido allí expresamente para verle, en realidad le hizo bastante feliz pero intentó no mostrar una sonrisa.

-Ah...no, quédate, hay suficientes asientos.-Dijo, mientras se sentaba en su silla de nuevo y le señalaba al ángel la que había a su lado, entre Lere y él.

-Por cierto...esta es Lere, Lere éste es...-Entonces dudó entre presentarlo por su nombre de pila o por su apellido, debido a que el nombre de Mal'akh le resultaba como algo privado, por lo que decidió decir sólo su apellido. Si el ángel prefería presentarse con su nombre completo podría hacerlo él mismo.-Salazar.

¡Me hizo una reverencia! Nunca nadie me había hecho una reverencia, me pareció muy elegante y refinado no sabía si devolvérsela o no, así que le dediqué una sonrisa vergonzosa... la verdad era que yo no pintaba nada allí, decidí que en cuanto me terminara la cerveza me iba a ir para dejarles a solas.

-Encantada, Salazar - llamé a la camarera- ¿Quieres tomar algo? Yo os invito a los dos. -No me sobraba el dinero, pero tampoco me faltaba, estaba dispuesta a hacer un esfuerzo.

Me senté en la silla y comí dos patatas, me había entrado hambre de repente... estaba nervioda, pero no sé por qué.