Byakko Hazuki
Mensajes : 69 Fecha de inscripción : 09/08/2011
| Tema: Ficha de Byakko/Kairi Mar Ago 09, 2011 7:02 pm | |
| - Nombre: Byakko Hazuki (Se hace llamar “Kairi”. Ver historia) - Edad: 21 - Sexo: Hombre - Raza: Humano - Altura: 1,70 - Peso: 70Kg - Clase: Luchador - Ocupación: Luchas con apuestas clandestinas - Apariencia física: - Spoiler:
Tiene el pelo negro, largo. Sus ojos son marrones y relativamente pequeños. Su rostro denota madurez a nivel físico, aunque no parece del todo el rostro de un adulto mayor. Es relativamente alto, de complexión atlética propia de alguien que ha entrenado asiduamente, pero no está “cuadrado” ni “ciclado”. Sus músculos tienen el nivel exacto de desarrollo y entrenamiento que les permite desarrollar fuerza y potencia sin que el excesivo crecimiento de estos dificulte el movimiento y la agilidad. Debido a que su vida gira en torno a la lucha, Suele ir ataviado de forma cómoda para el combate, llevando siempre los pantalones del gi, una camiseta sin mangas cómoda, las guantillas de combate y unas espinilleras.
- Personalidad: - Spoiler:
Es una persona callada, seria y distante, fría. Debido a su situación (ver historia), no suele confiar en la gente y suele ser precavido. No es un camorrista ni un bronquista, pero nunca dirá que no a una buena pelea, ya que piensa que así conseguirá su recompensa. También por este motivo se dedica a las luchas con apuestas. El dinero es secundario, ni siquiera lo quiere, aunque obviamente lo necesita para vivir, pero el motivo real por el que lo hace es recuperar lo que ha perdido (de nuevo, ver historia). Por otra parte, además de disfrutar cada segundo de entrenamiento (incluidas las luchas), le encanta comer, el clima frío, la noche y…los gatos.
- Historia: - Spoiler:
Byakko fue el primer hijo varón (obviamente, de esta generación) de la familia Hazuki, una familia que durante generaciones se dedica al entrenamiento de la lucha cuerpo a cuerpo, el kobujutsu o artes marciales tradicionales. El nivel de dedicación de esta familia al entrenamiento es tal que vivían fuera de la civilización moderna, en las zonas boscosas y montañosas, donde la vida es más dura y requiere mayor esfuerzo. Es posible incluso que poca gente sepa o sea consciente de la existencia de esta familia, pues no es especialmente numerosa y es MUY raro que abandonen sus hogares para adentrarse en la civilización, salvo necesidades especiales o urgentes.
El padre de Byakko era, con diferencia, de los más estrictos y duros que ha habido recientemente en la familia Hazuki. Su pelo era blanco desde que Byakko podía recordar y… Sus ojos rojos, como los de un demonio o un vampiro de película. Mientras que Byakko, al parecer, era un chico con, inicialmente, dotes medianamente buenas para la lucha. Esto provocaba algún tipo de decepción o frustración en su padre que, como a si mismo se exigía el máximo entrenando, se lo exigía a Byakko también a pesar de que el chico era joven y caía rendido de cansancio.
Los años pasaron y Byakko ya era un joven de 20 años, a punto de cumplir los 21. En la familia Hazuki consideraban el paso a los 21 años como la “mayoría de edad” en lo que al aspecto marcial se refería. Pero su padre aun no estaba satisfecho con todos los avances que el chico había logrado. Era fuerte, ágil, veloz, había dominado con exactitud técnica las habilidades y técnicas del estilo de lucha, pero… Seguía sin estar satisfecho, le faltaba algo. Y entonces, jugó su última baza dispuesto a que su hijo alcanzaba la “madurez” como guerrero antes de llegar a los 21.
Byakko fue llevado por su padre lejos de casa, en lo alto de las montañas. Desde ahí se veía la ciudad. Byakko pensaba que sería un entrenamiento más, como todos los que había realizado durante años. Entonces, su padre comenzó a explicar lo que iba a ocurrir.
La mirada de Byakko no podría expresar más sorpresa cuando su padre le dijo, claramente, que iban a realizar una lucha a muerte. Según su padre, Byakko, a pesar de su edad y su buen condición física y nivel como luchador, aun era “un crío”, no había “madurado”, y pensaba que lo que realmente necesitaba para madurar como tal era un combate en el cual su vida corriese verdadero peligro. Pensaba que, si no era capaz de vencerle a estas alturas, no sería un digno heredero del apellido de la familia. Su discurso lo terminó con las siguientes palabras: “Debes enfrentarte a tus límites”.
Byakko se negó a esto, pues no quería matar a su padre, pero no tuvo elección… El único camino de huida estaba bloqueado por su padre, y además… aunque volviese a casa, su padre volvería a insistir en ello. Independientemente de todo esto, Byakko tampoco tuvo tiempo como para planear una huida, pues su padre se lanzó contra él con intención plena de luchar y acabar con su vida si era lo que tenía que hacer.
Al principio, Byakko simplemente se defendió como buenamente pudo, esquivando y bloqueando los ataques de su padre, tratando de contrarrestar las ondas de energía que su padre lanzaba, propias del estilo de lucha de su familia. Viendo que esto no era suficiente, Byakko tuvo que recurrir al ataque para frenar a su padre.
Inicialmente trata de realizar ataques que pudiesen frenarle o dejarle inconsciente, pero tras un breve periodo de tiempo pasó al mismo nivel de lucha que su padre, a luchar por su vida, pues no había otra salida.
Ambos luchadores, que ya no eran padre e hijo, si no dos guerreros luchando por vivir, se enfrentaron durante lo que parecieron segundos a ojos externos y horas a sus propios ojos. Ambos habían recibido golpes, y ambos estaban exhaustos.
De repente, su padre se incorporó abandonando la posición de lucha. Byakko pensaba que habría entrado en razón y abandonaría el combate… hasta que escuchó sus palabras. Le dijo que, tal y como pensaba, era muy bueno, fuerte y ágil para el combate… pero que, como también pensaba, le faltaba “madurez” marcial… y que se lo demostraría en un instante.
Byakko volvió a adoptar posición de lucha y se preparó para lo que fuese a venir. De repente, percibió como una gran cantidad de energía se concentraba en su padre. Tenía los ojos cerrados y el aire a su alrededor se volvía más cargado, como si pesase. En sus brazos, desde sus manos hasta sus codos, brotó un aura que tomó la forma de unas llamas azules, una “manifestación” de su energía concentrada en las manos. Cuando su padre abrió los ojos, estos desprendían una luz roja que iluminaba levemente su rostro en la sombría tarde-noche de la montaña.
Byakko no era consciente de lo que ocurría, ni de lo que iba a ocurrir, pues jamás había visto a su padre así. Y en ese momento, la ronca y profunda voz de su padre resonó en el eco de la montaña.
- “Kyouja….”
Su padre se inclinó hacia delante, echando a correr hacia Byakko, al tiempo que terminaba de nombrar la técnica que estaba a punto de realizar.
- “¡Renbu!”
Byakko trato de frenarle lanzando un ataque contra su rostro, pero su puño fue rápidamente bloqueado y, un instante después, sintió como las manos de su padre se agarraban a su ropa, impidiéndole escapar.
Entonces, todo se volvió oscuro. El dolor se apoderó de su cuerpo. Apenas había pasado un segundo, pero estaba seguro de que había sido golpeado un centenar de veces… En realidad, ni siquiera sabía que había ocurrido. El dolor no provenía de la piel, de golpes recibidos… O al menos no únicamente de ahí… Sentía dolor directamente en su alma, un dolor indescriptible y que no era nada comparado a todo el dolor físico que había sentido hasta ahora. No podía comprender la naturaleza de ese ataque de su padre, pero… de algo estaba seguro… no saldría de esa.
Fue consciente de su caída al suelo. Yacía bocarriba y tuvo un momento de claridad visual para ver a su padre sujetándose la cabeza en un grito de dolor que pudo oír mientras sus ojos resplandecían en su sombrío rostro. Entonces, todo se volvió negro de nuevo y dejó de percibir absolutamente nada a su alrededor.
Frío. Frío y humedad. Eso fue lo primero que pudo percibir el chico que yacía bocarriba en mitad de la montaña. Abrió los ojos lentamente, sintiendo como gotas de agua caían sobre su rostro. Al parecer, estaba lloviendo. Trató de levantarse… y sintió como le dolía cada rincón de su cuerpo. Miró a su alrededor, con una mano en la cabeza.
- “¿Qué ha…pasado?...¿Donde estoy?...”
Al tiempo que se preguntaba eso, sintió una punzada en su cabeza.
- “¿Qué está pasando? ¡¿Quién… quién soy?!
Se preguntó asustado… No recordaba absolutamente nada… Solo sabía que acababa de despertar en mitad de una montaña, llevando unas extrañas ropas algo estropeadas y que parecía haber recibido golpes en cada parte de su cuerpo. Entonces, una nueva punzada en su cabeza vino con unas palabras que resonaron en su interior: “Debes enfrentarte a tus límites”.
No sabía que significaban esas palabras, ni quien se las dijo… Pero era todo lo que recordaba de si mismo… ni siquiera recordaba su nombre. Entonces, en base a las palabras y a sus vestimentas, una idea pasó por su cabeza. Se incorporó e instintivamente, soportando el dolor como podía, realizó una serie de técnicas aleatorias al aire. Se dio cuenta de que, a pesar de que desconocía el motivo, tenía nociones de lucha… sabía, o al menos estudiaba, artes marciales...
Miró por el borde de la montaña, viendo a cierta distancia, pasando un fragmento de bosque, una ciudad. Si estaba tan cerca, podía significar que vivía allí, y si llevaba esos atuendos…podía significar que era un luchador… Es posible que perdiese la memoria en algún tipo de combate, o en un accidente… Pero el caso es que lo único que le quedaba ahora mismo eran esas palabras, su ropa y sus habilidades para la lucha… así que llegó a la conclusión de que, posiblemente, luchar fuese la mejor manera de recuperar su memoria.
Con este pensamiento en mente, se encaminó a la ciudad. Mientras caminaba por el bosque, hambriento y cansado, pensaba en que necesitaría un nombre… Pero no le venía ninguno a la cabeza. Poco a poco y al tiempo que ya anochecía, se fue acercando a la ciudad y fue habiendo atisbos de civilización, como coches, casas, etc.
Mientras caminaba por las lluviosas calles de la ciudad, pensando también en cómo podría ganar dinero para sobrevivir… pasó por un callejón en el cual escuchó jaleo. Se adentró en este y vio un corrillo de gente que vociferaba y animaba, con dinero en sus manos. Se acercó, mirando por encima de la gente, y vio que el corrillo cubría a dos hombres que estaban luchando. Al parecer eran apuestas, seguramente no del todo legales.
- “¡Vamos Mikail!” – Gritaban algunos - “¡He apostado mucho por ti Richard! ¡no me decepciones!” – Gritaban otros.
Poco después, uno de ellos cayó al suelo. Byakko ignoraba cuál era, pues no conocía a ninguno y tampoco se paró a escuchar el nombre, estaba pensando… pero el “árbitro”, tras anunciar la pérdida del luchador, dijo en voz bien alta, para que los presentes lo escuchasen “¡¿Alguien se atreve a enfrentarse a nuestro campeón de hoy?!”. Lo repitió un par de veces antes de que Byakko fuese consciente de que tenía la solución al alcance de su mano. Empujó a unas cuantas personas suavemente para atravesarlas y llegar al improvisado “ring”.
- “Yo lo haré…”
Dijo no estando muy seguro, pero dispuesto a probar. Algunos le abuchearon, pues su rival era un hombre grande, musculoso, al parecer fuerte, pero el árbitro le preguntó su nombre. Byakko quedó en silencio un rato, pues no sabía que decir… pero entonces tuvo un momento de iluminación, uniendo una serie de elementos externos que le habían llegado desde que llegó.
- “Kairi…mi nombre es Kairi….”
Dijo. Tras esto, el árbitro le explicó que si ganaba se llevaría parte del dinero de los que habían apostado contra él, mientras que la otra parte sería para los que apostaron a su favor, que así era como hacían ellos… es decir, si nadie apostaba a su favor… se llevaría todo.
El combate no duró más de 15 segundos. Su rival yacía inconsciente en el suelo y Byakko, ahora Kairi, estaba de pie a su lado, mirándole. La gente que los rodeaba estaba anonadada, no creyéndose que el “campeón” de esa noche cayese tan rápido. Las apuestas acabaron por esa noche, nadie se quería enfrentarse a Kairi, y él caminaba de nuevo por las calles con dinero recién conseguido en sus manos. Solo necesitaba encontrar un sitio para comer y para pasar la noche… pero ya sabía cómo iba a conseguir subsistir y recuperar su memoria al mismo tiempo.
No se sabe cuánto tiempo pasó desde que Byakko se desmayó hasta que Kairi despertó… si fueron minutos, horas… o quizá pasaron un par de días… pero eso realmente no importa, lo importante a fin de cuentas es que Kairi ha encontrado su lugar por ahora.
- Otros datos: Byakko/Kairi, debido a que las luchas clandestinas no le dan unos ingresos excesivamente altos, su alojamiento se limita a un pequeño y cutre piso alquilado en una zona poco agradada de la ciudad. Y aun así, en ocasiones debe esconderse del cobrador porque tarda en conseguir la mensualidad. Byakko/Kairi ha heredado, de su familia, el Satsui no Hadou. El satsui no hadou es un poder que tienen algunos luchadores en su interior. Nace del fuerte e incontrolable deseo de vencer al rival en combate, sin importar el precio ni las consecuencias… es decir, sin importar que el vencerles implique el acabar con su vida. Este poder otorga a sus usuarios mayores cualidades físicas (fuerza, resistencia, agilidad, etc), permitiéndoles enfrentarse a rivales muy poderosos y lograr vencer… el problema es que el poder consume poco a poco a aquellos que lo usan hasta el punto de que su vida gira únicamente en torno a encontrar rivales poderosos a los que vencer y matar, sin importar quienes sean. Byakko/Kairi no es consciente de la existencia de este poder en su familia, por lo que no puede usarlo conscientemente… Pero en situaciones extremas donde su vida peligre o su deseo de vencer sea muy fuerte puede manifestarse momentáneamente. El sucumbir a este poder o no depende exclusivamente de Byakko/Kairi, pero en caso de que sucumbiese totalmente, el precio a pagar por su fuerza sería el hecho de abandonar totalmente su humanidad, ser como un animal que solo busca una lucha tras otra. - Nivel: Nivel 1 - Poderes y/o armas: Sus cualidades y habilidades para la lucha, la capacidad de canalizar su propia energía a través de las manos como ondas y el satsui no hadou. Sus únicas armas son sus puños y piernas.
Última edición por Byakko Hazuki el Mar Ago 09, 2011 9:21 pm, editado 1 vez | |
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